Es el primer libro que
leo de Paul Auster. Tenía curiosidad por conocer a un autor tan renombrado, y
elegí esta obra porque solía verla bastante recomendada por ahí. Luego,
siguiendo cotilleando aquí y allá, he visto que sus principales seguidores
denuestan un poco esta novela al considerarla algo “buenrollista y facilona”, y
alejada, al parecer, del estilo habitual del autor. No lo sé; tendré que leer
otros para opinar.
Sinopsis:
Nathan Glass ha sobrevivido a un cáncer de pulmón
y a un divorcio después de tres décadas de matrimonio, y ha vuelto a Brooklyn,
el lugar donde pasó su infancia. Hasta que enfermó era un vendedor de seguros;
ahora que ya no tiene que ganarse la vida, piensa escribir El libro del
desvarío humano. Contará todo lo que pasa a su alrededor, todo lo que le ocurre
y lo que se le ocurre. Comienza a frecuentar el bar del barrio y está casi
enamorado de la camarera. Y va también a la librería de segunda mano de Harry
Brightman, un homosexual culto que no es quien dice ser. Y allí se encuentra
con Tom, su sobrino, el hijo de su amada hermana muerta. El joven había sido un
universitario brillante. Y ahora, solitario, conduce un taxi y ayuda a Brightman
a clasificar sus libros... Poco a poco, Nathan irá descubriendo que no ha
venido a Brooklyn a morir, sino a vivir.
Crítica: Agradable
Éste es uno de esos
libros agradables, sobre gente más o menos corriente a los que les pasan cosas
más o menos corrientes. Una especie de cuento o de fábula de la vida actual,
aunque con un espíritu optimista. En este libro pasan cosas malas, sí, porque
forman parte de nuestra vida, pero al final el mensaje que el lector termina
sacando más o menos es que, pese a los sinsabores, la vida merece la pena
vivirse.
La novela es un
conjunto de historias cuyo nexo de unión es el personaje central, ya que todas
esas historias les ocurren a él o a quienes tiene a su alrededor (familiares,
amigos…). En general, son todos ellos personajes corrientes y a los que
podríamos definir como algo “fracasados” en la vida, utilizando ese vocablo que
tanto gusta a los americanos y que tan poco me gusta a mí. Gente a la que no le
ha ido especialmente bien en la vida por unas razones o por otras; no son ricos
ni guapos, sino por lo general más bien escasos de dinero o con algo de
sobrepeso, o bien monas pero desgraciadas en el amor y en la vida en general…
Pero sin estridencias, sin dramatismos: gente corriente en una vida más o menos
corriente. Vale, a nadie le ocurren tantas cosas variopintas en su vida como
ocurren en este libro, pero salvo por esa acumulación (lo contrario sería muy
aburrido de leer), todas las situaciones resultan bastante realistas, algo que
te podría llegar a pasar a ti.
Sobre el estilo de
Auster, simplemente decir que es sencillo y directo, fácil de leer, totalmente
accesible… casi “de gente corriente” también. Lo cual no es en absoluto
negativo: de hecho, a menudo lo realmente difícil es escribir con total
naturalidad. Eso sí, reconozco que me costó un poco entrar en el libro: hasta
llegar a la tercera parte del texto, todavía me estaba preguntando cuándo iba a
entrar en materia, parecía un amasijo de escenas inconexas. Luego ya le vas cogiendo
el gustillo.
Como decía al
principio, el libro es “buenrollista”, de esos que acaban bien (sin
estridencias tampoco) y que te dejan un buen sabor de boca… aunque sin olvidar
que los problemas también son parte de la vida.
No me ha parecido ninguna maravilla en ningún sentido, pero resulta
agradable y cómodo de leer. Uno de esos libros que apetece meterse al cuerpo de
vez en cuando.
Más o menos estoy de acuerdo contigo, aunque a mí me gustó más que a tí.. jeje. Es el único de Auster que he leído, y quiero leer más, aunque por una cosa o por otra aún no le he hecho. Guardo un recuerdo muy especial de esta novela, recuerdo que en su momento fue un descubrimiento, como dices, muy agradable.
ResponderEliminarBesos
A mí la verdad es que me gustó, pero supongo que quizás la diferencia es que para mí no fue "un descubrimiento", como tú dices; iba con las expectativas muy altas, porque había oído hablar muy bien del autor, y quizás eso influyó. A lo mejor si hubiera llegado "a ciegas" me habría sorprendido más, estas cosas son muy subjetivas ;-)
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