27 de marzo de 2013

[Libros] El otro lado del sexo – Valérie Tasso (2007)


No es que esperase gran cosa de este libro, es uno de esos que lees en un momento tonto si lo tienes a mano y te dices, "vamos a ver de qué va esto"... pero la verdad es que no merece la pena. Como no esperaba nada, no puedo decir que me haya decepcionado realmente, pero la verdad es que como libro no es ni chicha ni limoná. Por cierto, como en muchos casos, especialmente en libros que pretenden ser polémicos, la reseña oficial (abajo) es algo sensacionalista y engañosa.


Sinopsis:
En el sexo, el lugar más preciado y perseguido de la conciencia humana, hay un más allá desconocido. Una cara oculta. Así que, sabiéndolo, no me quedó más remedio que ir. Que acercarme.
¿Cuáles son los beneficios de la felación? ¿Por qué existen mujeres —las Tigresas Blancas— que se pasan la vida practicando esta modalidad sexual y la elevan a la categoría de arte sagrado? ¿Puede alguien abstenerse de practicar sexo? ¿Es eficaz como terapia para la tercera edad el ejercicio de la sexualidad a cargo de unas expertas enfermeras? ¿Se puede mejorar el placer sexual inyectando colágeno en el punto G? ¿Existen vaginas de diseño?
Estas y otras muchas preguntas tienen respuesta en este fascinante libro de Valérie Tasso, una de las escritoras en lengua española con mayor proyección internacional, que sorprende —y no sólo eso: deslumbra y cautiva— desde la primera hasta la última página. Para este libro la autora ha alcanzado ese otro lado del sexo que está ahí pero que desconocemos, ese lugar donde no nos atrevemos a entrar. Viajó hasta El Reino del Otro Mundo —un castillo donde las mujeres dominan a los hombres cuya entrada está rigurosamente restringida—, acompañó a los voyeurs de la Casa de Campo de Madrid y abordó, para todos sus lectores, el «orgasmo masivo y prolongado»...
El otro lado del sexo es un trabajo —teórico y práctico— salvajemente incorrecto, un escrito incómodamente inteligente, un libro escandalosamente elegante de una autora libertina, con vocación de libertaria y, por qué no, un poco golfa...

Crítica: Prescindible

Se supone que es un libro de ensayo sobre las prácticas menos comunes del sexo. Suena bien: interesante, curioso y, por qué no, con un pequeño toque de morbo. Pero se queda muy, muy en la superficie.

En la parte positiva, está bien escrito: con inteligencia y con gusto. Además, su estilo resulta muy ameno. Lo malo es que su fondo es casi nulo, exceptuando la primera cuarta parte.

En esa primera cuarta parte explora un tipo determinado de sadomasoquismo, y lo hace con cierta profundidad, introduciéndose en un grupo privado que recuerda al de la película "Eyes Wide Shut". Interesante. Pero es lo único interesante del libro.

Para empezar, en este análisis del sadomasoquismo se limita a la versión ama-esclavo; no se explora la otra alternativa, por ejemplo. Aún así, puedo aceptar que esta filia está aceptablemente representada en el libro, sobre todo si la comparamos con el resto...

Pero ahí se acabó. Porque luego trata con relativa superficialidad el voyeurismo... y punto. El exhibicionismo se menciona de pasada, y el resto del libro es un análisis de anuncios de médicos americanos que prometen técnicas para un sexo mejor, una investigación superficial del mito de las "tigresas blancas" (una especie de geishas especiales que realmente no se sabe si existen o han existido), sin llegar a nada... y poco más.

¿Qué es de otras prácticas "raras" como puedan ser la coprofilia, la necrofilia, etc, etc (ahora no se me ocurren más "filias", pero seguro que hay decenas :-).

En fin, que se queda demasiado en la orilla para pretender ser un libro sobre "el otro lado del sexo"...

Nota personal: 4

P.D.: Estoy seguro de que simplemente por hablar de sexo y contener diferentes palabras relacionadas con el tema, esta entrada va a ser en breve una de las más leídas de este blog. Siento decepcionar a los que lleguen aquí buscando algo más emocionante ;-)

23 de marzo de 2013

[Libros] La conjura de los necios – John Kennedy Toole (1980)


Otro clásico contemporáneo que no había leído hasta ahora. Y no sólo eso, sino que tampoco tenía ni idea de qué iba; sólo sabía que era un libro famoso y que se consideraba casi una obra maestra. Así que se puede decir que llegué a este libro totalmente a ciegas.

Sinopsis:
La Conjura De Los Necios es una disparatada, ácida e inteligentísima novela. Pero no sólo eso, también es tremendamente divertida y amarga a la vez. La carcajada escapa por sí sola ante las situaciones desproporcionadas de esta gran tragicomedia.
Ignatius J. Really es, probablemente, uno de los mejores personajes jamás creados y al que muchos no dudan en comparar con el Quijote. Más aún, es el antiprotagonista perfecto para una novela repleta de excelentes personajes, situados en la portuaria ciudad de Nueva Orleans, magistral Ignatius. Él es un incomprendido, una persona de treinta y pocos años que vive en la casa de su madre y que lucha por lograr un mundo mejor desde el interior de su habitación. Pero cruelmente se verá arrastrado a vagar por las calles de Nueva Orleans en busca de trabajo, obligado a adentrarse en la sociedad, con la que mantiene una relación de repulsión mutua, para poder sufragar los gastos causados por su madre en un accidente de coche mientras conducía ebria.

Crítica: Torrente intelectualoide

Para los despistados como yo que aún no hayan leído este libro, diré que básicamente son las aventuras y desventuras de una panda de imbéciles patéticos, liderada (es un decir) por el imbécil supremo, Ignatius J. Reilly. Un ser insociable, odioso, egoísta, vago, vanidoso, petulante, glotón y onanista… un Torrente en toda regla. Aunque en realidad, y dadas las fechas, probablemente es al contrario: que Torrente sea la versión hispánica de Ignatius. No me extrañaría nada…


El libro es un desfile de personajes esperpénticos a lo largo de un texto ácido, absurdo, sarcástico, cínico, incisivo, mordaz… y otras decenas de adjetivos que le podrían ser aplicables. El resultado es un libro muy especial, obra maestra y desternillante para una gran mayoría, insufrible también para muchos, y simplemente original para unos pocos, entre los que esta vez me cuento. Porque creo que éste es un libro que amas u odias… pero curiosamente yo me he quedado en un mediocre punto intermedio. Exactamente igual que me pasa con las películas de Torrente…

Así que nada, este libro no lo puntuaré, porque está claro que su humor no ha conseguido llegarme, pero esto es algo tan personal que no puedo universalizar esa relativa frialdad con la que lo he leído, mientras que al mismo tiempo aprecio bastantes notas positivas en su originalidad y cómo está escrito. Es decir, tengo esa sensación de reconocer que probablemente el libro sea bueno pero que yo no he podido apreciarlo adecuadamente. Y es que ya se sabe que pocas cosas hay tan personales y subjetivas como el humor.


La verdad es que me gustaría haberme desternillado de risa con Ignatius J. Reilly, pero no he pasado de 3 suaves carcajadas en todo el libro; han sido momentos demasiado puntuales para llegar a cogerle el gusto. Pero ya digo que, en esto, el raro soy yo, sin ninguna duda, porque también a menudo me cuesta reírme con películas o programas de humor que arrastran millones de espectadores…

Por destacar las notas positivas, diré que se nota que es un libro escrito con inteligencia. Junto a las historias estrafalarias y a los toques de lenguaje incluso soez en ocasiones, se suman innumerables frases con un gran nivel de ingenio. Por otra parte, el texto esconde también ácidas críticas hacia la sociedad en general, y hacia ciertos personajes que, aunque muy estereotipados y exagerados, representan a diferentes estamentos de la misma. Sí, el texto denota inteligencia, lo que quizás sea su principal diferencia de un Torrente cualquiera. Pero pese a todo, es principalmente un libro de humor, de un humor ácido y estrafalario, que no ha conseguido llegarme más que en muy contadas ocasiones (demasiado pocas).

También es muy posible que al libro le pesen un poco los años. Creo que en la época en que fue publicado, 1980, su estilo debió resultar rompedor, y muy a tono con el espíritu de la época; en momentos en que triunfaban por su desfachatez películas como “Pepi, Luci, Bom…”, que hoy nos resultan poco menos que infumables, este libro debió destacar por esa misma línea provocativa y deslenguada. Hoy, en cambio, ese estilo ya no nos choca tanto, y supongo que eso le resta frescura y originalidad en la actualidad.

Por supuesto, si tenemos en cuenta que en realidad el libro fue escrito en los años 60, uno tiene que reconocer que desde luego su autor fue un gran adelantado a su tiempo, y no me extraña en absoluto que no pudiese encontrar ninguna editorial que quisiera publicarlo. En aquella época, decir que este libro hubiera resultado escandaloso probablemente es quedarse muy corto. Hoy, en cambio, no causa ya el más mínimo escándalo, y el personaje de Ignatius J. Reilly, aunque aún sea capaz de provocar muchas sonrisas y hasta alguna carcajada, no pasa de ser un estrafalario patético con algunos toques de ingenio en su discurso, pero que ya no escandaliza a nadie. Un Torrente con un barniz intelectualoide. Ya estamos curados de espanto…

[Libros] Murakami, el de las neuras (o el guasón…)


No tengo más conocimientos de literatura que los que me da mi condición de lector de a pie. Así que lo que digo a continuación está extraído de dichas experiencias personales, y para nada es un sesudo tratado sobre Murakami, algo que sería incapaz de hacer. Por otro lado, reconozco ser bastante simple en estas cosas (ya se sabe, uno es de ciencias…) así que no suelo buscarle tres pies al gato (ni siquiera a los gatos de Murakami ;-) ni suelo tratar de interpretar metafóricamente lo que el autor quiere decirnos, como si hubiera un mensaje oculto entre sus palabras (entre nosotros: de hecho, creo que quienes hacen esto, en general tampoco tienen ni idea de lo que dicen, aunque suene muy sesudo). Así que, lo que cuento a continuación, lo podéis tomar, como diría un inglés, “con un grano de sal”. (Vamos, que no le deis más credibilidad que la justa… o casi ninguna).


He leído hasta el momento sólo tres libros de Haruki Murakami: Tokio Blues, 1Q84, y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, por ese orden. Pero han bastado estos tres libros para observar que este hombre tiene algunas obsesiones dignas de psicoanálisis. Aquí van unas cuantas:

La música. Bueno, ésta es la más normalita, y es una de sus grandes pasiones personales, según he leído por ahí. En todos sus libros que he leído, aparece de forma reiterada la música. En Tokio Blues son las canciones de los Beatles, en especial Norwegian Wood (que además es el título original del libro); en 1Q84, la Sinfonietta de Janacek; y en el del pájaro, La gazza ladra, de Rossini, aunque abunda la música clásica en general, y también se mencionan otros tipos de música.

Los gatos. No recuerdo si en Tokio Blues había gatos, pero en “crónica del pájaro…” es un personaje de cierto peso, y en Kafka en la orilla, aunque aún no lo he leído, sé que también. En 1Q84 hay uno o dos capítulos con una historia específica sobre gatos.

La calvicie. Parece que es algo que le preocupa bastante, aunque por las fotos veo que por ahora disfruta de una buena cabellera. Sin embargo, tanto en 1Q84 como en el pájaro, Murakami parece tener una especial obsesión con los calvos…

El sexo. Bien, es parte de la vida, sí, pero en las novelas de Murakami parece dársele a veces una importancia especial. Además, a menudo va rodeado de cierto misticismo, como en 1Q84 o en algunas ocasiones en el pájaro. Tampoco es infrecuente que el protagonista masculino tenga relaciones y llegue al orgasmo pero de forma casi mecánica, sin disfrutar realmente… Por último, el tratamiento de las escenas de sexo lo hace siempre de forma bastante explícita.

La muerte. A veces natural, a veces violenta, a veces suicidio… y a menudo de todo un poco. En estas tres obras aparece de una forma u otra, a menudo con reflexiones o remordimientos asociados a ella.

Las historias que no vienen a cuento. Al menos en 1Q84 y en el pájaro, abundan estas historias que parecen de relleno (como si necesitaran más relleno estos libros de mil páginas…). En 1Q84, nos mete con calzador varias páginas completas del ensayo de Chéjov sobre los habitantes de la isla de Sajalin; y en el pájaro, cuela aquí y allá relatos relativos a la ocupación japonesa de China durante la Segunda Guerra Mundial. En ambos casos, parece que simplemente el autor quiere colar un tema que le interesa, aunque no tenga nada en absoluto que ver con el resto del libro… ¿A lo mejor es que cobra por sus libros “al peso”?

El guiño al lector… o el cachondeo de un autor guasón. Personajes secundarios que se repiten (el repelente Ushikawa, calvo, por cierto, común al pájaro y a 1Q84), títulos de capítulos que rozan lo humorístico (“En este capítulo no hay ninguna buena noticia”, o “Va siendo hora de que los gatos aparezcan”), o bromas como introducir un revólver en la trama y mencionar que, según las leyes de Chéjov de la novela, un arma sólo aparece en el texto si va a ser utilizada… Eso por no hablar de que la historia a veces es tan absurda que uno piensa si el autor no estará de cachondeo…

En fin, está claro que Murakami es único. Con sólo 3 libros suyos leídos, en casi todos ellos ha conseguido descolocarme tanto que hablo de él como si hubiera leído decenas. ¿Lo recomiendo? No lo sé: allá cada uno. Supongo que es un autor que, o te engancha, o te repele, porque rarito es un rato. A mí me ha enganchado, aunque ni yo sé por qué…

Cita de hoy

Ya he dicho muchas veces que el estilo y la capacidad de transmitir de Almudena Grandes es algo que me cautiva de esta autora. El fragmento que traigo hoy creo que es una prueba de ello, aunque lógicamente, fuera de contexto probablemente pierde fuerza. A mí, cada vez que lo leo me sigue emocionando. Sólo por poder disfrutar fragmentos como éste, merece la pena leer a esta mujer:


Pepe el Portugués volvió a abrazarme, y yo me abandoné a su abrazo y lloré, lloré un rato muy largo, sin preguntarme por qué, por quién lloraba, sabiendo sin embargo que lloraba por mí y por mi padre, por mi madre, que nunca más iba a volver a Almería, y por mi padre, por mi abuelo Manuel el Carajita y por mi padre, por Fernando el Pesetilla y por mi padre, por los tíos a quienes no había llegado a conocer y por mi padre, por mi padre, por mi padre, por mi padre, que era un asesino y un pobre hombre, un asesino y un hombre bueno, un asesino y un desgraciado, un asesino y su propia víctima, un asesino y ni rastro del hombre feliz que sonreía en la vieja fotografía en blanco y negro de los buenos tiempos que nunca volverían.

El lector de Julio Verne - Almudena Grandes

16 de marzo de 2013

[Libros] El pintor de batallas - A. Pérez Reverte (2006)


No me gusta Pérez Reverte. No entiendo su fama. Reconozco que hay alguno que otro libro suyo (pocos) que me han gustado, pero en general me parece que es un autor enormemente sobrevalorado y que no pasa de ser un novelista de escritura pedante pero mediocre. Pero este extraño y complicado libro (seguramente no apto para todos los públicos por su estilo poco amigable con el lector) es una de esas excepciones.

Sinopsis:
En una torre junto al Mediterráneo, en busca de la foto que nunca pudo hacer, un antiguo fotógrafo pinta un gran fresco circular en la pared: el paisaje intemporal de una batalla. Lo acompañan en la tarea un rostro que regresa del pasado para cobrar una deuda mortal, y la sombra de una mujer desaparecida diez años atrás.
En torno a esos tres personajes, Arturo Pérez-Reverte ha escrito la más intensa y turbadora historia de su larga carrera de novelista. Deslumbrante de principio a fin, El pintor de batallas arrastra al lector, subyugado, a través de la compleja geometría del caos del siglo XXI: el arte, la ciencia, la guerra, el amor, la lucidez y la soledad, se combinan en el vasto mural de un mundo que agoniza.

Crítica personal: Con sus defectos, pero un buen libro

No es un libro fácil, pero es de los que más me ha gustado de Pérez-Reverte (un autor que, por otra parte, no suele ser de mi agrado). La historia de una persona atormentada por lo que vivió como corresponsal de guerra en los Balcanes le sirve al autor para hacer un retrato desgarrador de las atrocidades de aquel conflicto, del genocidio que ocurría en la misma Europa ante la indiferencia generalizada de occidente.

Libro de lectura a menudo dificultosa y con exceso de pedantería en la escritura en ciertos momentos, pero que termina resultando estremecedor. Probablemente le salva su fondo, más que su forma, pues el estilo de su texto me desagradó en numerosas ocasiones, además de poder resultar también aburrido y pesado a ratos; pero la narración de las atrocidades ocurridas en la guerra de los Balcanes es algo que no deja indiferente, y es lo que rescata a este libro del pozo de pedantería literaria al que se asoma demasiado a menudo.

Recomendable, como lo es cualquier denuncia de crímenes de guerra.

Nota personal: 7

Cita de hoy


Hoy tampoco traigo una cita literatia, sino un trocito brillante de una conversación entre "Timón" y "Pumba" en "El rey león":

(Tumbados mirando el cielo estrellado):
–¿Nunca te has preguntado qué son esos puntitos brillantes?
–No me lo pregunto, lo sé: son luciérnagas; luciérnagas que se quedaron pegadas en esa cosa negra.
–Ah... ¿sí? Siempre pensé que eran inmensas bolas de gas quemándose a millones de kilómetros de aquí...

La verdad es que parece un chiste para frikis sacado de The Big Bang Theory

12 de marzo de 2013

[Libros] El fraude de la sábana santa y las reliquias de Cristo – Juan Eslava Galán (1997)


Sinopsis:
Los abundantes Santos Prepucios, los Santos Pañales, la innumerables astillas de la cruz, el guardarropa de la Virgen, los Santos Rostros, las Santas Espinas, los Santos Griales, los Santos Lugares y todo el inmenso arsenal de mentiras fraguado para estafar a los crédulos devotos.

Crítica personal:

Un recorrido por los centenares o miles de “reliquias” de la cristiandad repartidos por el mundo: astillas y clavos de la cruz (con los que se podría crucificar a toda una legión), paños y sudarios de todo tipo, cálices y hasta prepucios (sí, claro: Jesús era judío y tuvo que ser circuncidado, así que en algún sitio quedaría su prepucio… aunque hay quien opina que también debió ascender a los cielos). Toda una panoplia de “souvenirs” cuyo mercado estalló en la Edad Media y que hoy llena las iglesias de media Europa.

Un recorrido por buena parte de estas reliquias y sus historias es lo que hace este libro. Escrito con una fina ironía y humor, y magníficamente documentado, lo cierto es que quizás peca precisamente de eso: exceso de documentación.

Empieza bien, ameno, interesante, divertido (el relato de la monjita que sentía el santo prepucio materializarse en su boca es impagable)... pero cuando llega a la sábana santa, que ocupa como dos terceras partes del libro, el exceso de datos, de documentación, de contar al detalle las idas y venidas, los análisis y contraanálisis, los comentarios en un sentido y en otro... terminan por aburrir soberanamente.

Aún así, un libro recomendable para leer. Abstenerse fanáticos.

Nota personal: 6,5 (7 si lo abandonas cuando te canses de sábanas)

7 de marzo de 2013

[Libros] Una princesa en Berlín – Arthur R.G. Solmssen (1980)


Sinopsis:
Berlín, 1922. Reina la confusión en la capital alemana tras la victoria aliada. Recorren las calles, con banderas rojas, las víctimas de la más impresionante inflación de todos los tiempos. Y, tras ellos, las bandas incontroladas de ex-combatientes nacionalistas, que siguen las consignas de un oscuro militar austríaco, Adolf Hitler. Indiferentes al barullo callejero, conservan aún sus privilegios unas pocas familias aristocráticas, en su mayoría judíos, de gran tradición en el mundo de las finanzas.
En este escenario irrumpen el americano Peter Ellis y el alemán Christoph. Peter vive una doble vida: frecuenta, por un lado, los elegantes salones de nobles y banqueros y, por otro, los tugurios bohemios de los artistas. Para su desgracia, se enamora de la hija de la familia Waldstein, a la vez que se ve involucrado sin querer en un asesinato político, que presagia ya los horrores del Tercer Reich. Poco a poco, todos se ven arrastrados en el torbellino de desatinos que sacude a Alemania y que la prepara para la dictadura nacionalsocialista.

Crítica: Rozando la obra maestra

Sobre el régimen nazi y la Segunda Guerra Mundial se ha escrito muchísimo, pero muy poco sobre los años de entreguerras en Alemania, unos años turbulentos que pusieron las bases para el ascenso al poder del nacionalsocialismo, y todo lo que vino después. Este libro va precisamente de eso.

Aunque transcurre durante los años 20, en la novela se repasan los turbulentos acontecimientos que tuvieron lugar en Alemania desde los últimos años de la Primera Guerra Mundial. Años de revolución, de alzamiento obrero y aplastamiento brutal por milicias del ejército descontroladas; años de profunda opresión económica por parte de las potencias vencedoras, dando lugar a una gravísima crisis económica, con una inflación absolutamente disparatada, con la que unos pocos se lucraron mientras la mayor parte del pueblo caía en la pobreza y el hambre; años de profundo paro, desesperanza e indignación popular que derivaron hacia posiciones extremistas, con los resultados finales que todos conocemos.

Pero éste no es un libro de historia, aunque la mayoría aprenderemos más con él que con cualquier ensayo al uso. Se trata de una interesante y bien escrita novela en la que iremos descubriendo todos estos apasionantes hechos históricos de la mano de Peter Ellis, un norteamericano bohemio que, recién llegado a Alemania con unos pocos dólares en el bolsillo, se ve introducido de repente en los círculos aristocráticos (venidos a menos por la crisis) y prácticamente convertido en potentado gracias a la fortaleza de esos pocos dólares frente a un marco que ya no vale ni el papel en el que está impreso.

Peter Ellis vivirá en Berlín inmerso en dos ambientes: el aristocrático que ya hemos comentado, y el de las clases más pobres, que conoce de la mano del que se convertirá en su profesor de pintura. Unos y otros le irán haciendo entender el pasado reciente y el presente de esa Alemania convulsa, a través de amenas conversaciones en las que iremos empapándonos de este periodo histórico con una gran amenidad.

Estos personajes ficticios del libro se moverán en distintos ambientes que permitirán que afloren a las páginas de la novela personajes secundarios reales como Bertol Brecht, Göring, o un gran número de políticos de la república de Weimar hoy ya olvidados. En medio de todo ello, conspiraciones, asesinatos, amor y sexo, y el lento afloramiento del latente odio a los judíos.

La trama y el interesante marco histórico están tratados por Solmssen con maestría, consiguiendo lo que decía, describir magistralmente una época compleja y convulsa de forma extraordinariamente amena, y con un estilo singular que mantiene al lector pegado al texto sin necesidad de grandes golpes de efecto. El autor utiliza con éxito la técnica del cambio de escenas y la introducción de conversaciones ya iniciadas, una técnica que si bien a ratos descoloca un poco al lector, que debe emplear unos segundos en “resituar” su mente durante la lectura, ofrece a la obra un dinamismo peculiar.

Por último, el final es, para mí, sencillamente brillante. Quizás lo mejor de la novela, uno de esos finales (un final amplio, alargado durante un par de capítulos) que consiguen elevar subjetivamente en el lector el nivel de todo lo leído. Es decir, es una de esas novelas que, si bien durante su transcurso lees con interés y agrado, cuando la cierras lo haces pensando “¡qué novelón!”, gracias, sobre todo, a esa parte final. Brillante.

La obra de Arthur Solmssen es corta y, por lo que he leído por ahí, irregular, pero yo me atrevería a decir que “Una princesa en Berlín” es uno de esos libros que rozan la obra maestra. Puede que no guste a todo el mundo (aunque si uno mira las opiniones que circulan por internet, sí parece que gusta a casi todos), pero desde luego a mí me ha parecido muy bueno. Por otro lado, es uno de esos libros con tanta profundidad, con tanta “miga” semioculta bajo una falsa apariencia de sencillez, que probablemente será uno de los pocos libros que algún día releeré.

Nota personal: 8,5