El ojo crítico y la fina ironía de Jane Austen, en
acción. En el fondo, la gente del siglo XIX no era diferente de la del siglo
XXI…
Regresaron los otros, el salón se llenó otra vez,
volvieron a reclamarse y ocuparse los asientos, y se inició otra hora de placer
o de penitencia: otra hora de música iba a producir deleite o bostezos, según
fuera real o fingido el gusto por ella.
Jane Austen – Persuasión
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