Sinopsis:
Tomando
como hilo conductor los avatares de un manuscrito que, con el nombre de la
mítica ciudad de Samarcanda, contiene las famosas «Rubaiyyat» del poeta persa
Omar Jayyám, Amin Maalouf recrea en esta novela un fascinante y tumultuoso
mundo oriental. En el marco de la Persia medieval, desgarrada por profundas
contradicciones, dos figuras destacan junto a la del que, además de poeta,
fuera astrónomo, geómetra y filósofo: la de Nizam el-Molk, gran visir del
sultán Malikxah, y la del misterioso ismaelí Hassan Sabbah, fundador de la
secta de los Asesinos, que desde su fortaleza de Alamut mantuvo aterrorizado al
país.
Crítica personal: Descubriendo Persia
¿Qué sabemos en occidente, la gente de
a pie, de Persia, o de la historia de Oriente en general? Salvo honrosas
excepciones, casi nada. Como mucho nos pueden sonar los nombres de
Nabucodonosor y Babilonia, de reminiscencias bíblicas, y seguramente de ahí ya
pasamos, con suerte, a los últimos años del siglo XX: la revolución islámica,
el derrocamiento del shah Reza Pahlevi, la subida al poder del ayatolá Jomeini,
la guerra con Irak y poco más. Si acaso, lejanas referencias a califas,
sultanes y visires, palacios suntuosos y harenes que recuerdan a “las mil y una
noches”. Imágenes medio cinematográficas de una época incierta que
identificamos con el antiguo oriente en general, sin mayor conocimiento del
tema.
Este libro no conseguirá salvar ese
enorme océano de desconocimiento que muchos padecemos sobre la historia de
civilizaciones que no sean la occidental, pero arroja un pequeña llamita de luz
sobre un par de momentos de la historia de Irán, o de la antigua Persia. Apenas
unos momentos en la larga historia de una de las civilizaciones más antiguas
del mundo, pero que nos permitirán darnos cuenta de lo mucho que desconocemos
de todo lo que no sea nuestro “vecindario”.
La sinopsis oficial del libro sólo
describe, muy por encima, la primera mitad del mismo. En realidad, este libro
es una crónica de un par de momentos de la historia iraní: la primera mitad
transcurre entre los siglos XI y XII, mientras que la segunda mitad lo hace por
los primeros años del siglo XX. Y no sabría decir cuál de las dos épocas fue
más apasionante en la historia de este país, aunque personalmente me ha gustado
más la segunda, quizás porque nos resulta más cercana y comprensible.
Y es que, antes de continuar, debo
decir que éste es básicamente un libro de historia. Novelada, pero rigurosa.
Con los mínimos elementos ficticios necesarios para poder crear un relato
novelado, y para inventarse un hilo conductor a través del tiempo (el
manuscrito del poeta Omar Jayyám y un norteamericano estudioso del tema), el
autor hace un recorrido por esas dos épocas comentadas de la historia persa. El
resultado es… digamos que interesante. Como decía, se trata básicamente de un
libro de historia mínimamente novelada, y por tanto no podemos esperar una
novela al uso; estamos casi ante una mezcla de novela y ensayo. Bueno, quizás
esto sea exagerar un poco, pero lo que quiero decir es que no estamos ante una
trama y personajes ficticios, sino ante una reproducción mínimamente novelada
de la historia real. Excepto el protagonista de la segunda mitad, especie de
espectador que nos va contando sus vivencias en primera persona, todos los
personajes del libro son reales, y todo lo que se nos relata (excepto lo
relativo al manuscrito de Omar Jayyám, que en realidad nunca se encontró) es
verídico. Además, el autor ha huido en todo lo posible de adornar su historia
con elementos novelescos (sólo lo mínimo imprescindible), de modo que el
resultado probablemente no es tan ameno como una novela pura (todo es relativo,
hay novelas que son un verdadero tostón), pero sí tremendamente interesante. Y
se lee bien. Quizás no “enganche” como un típico best-seller, pero se lee
cómodamente y con interés.
La primera parte del libro toma como
referencia al gran poeta persa Omar Jayyám para relatarnos una época convulsa
del medievo persa. Entre palacios y jardines nos encontramos con califas,
sultanes, emires y visires, y el nacimiento de las luchas religiosas entre
diferentes sectas islámicas (suníes, chiíes, ismaelitas…), así como el origen
de la famosa secta de los Asesinos, una banda de fanáticos político-religiosos
de la que terminaría derivándose esta palabra utilizada hoy día en casi todos
los idiomas occidentales: asesino.
Personalmente, esta parte, aunque de
interés, me ha resultado más lejana, supongo que por el desconocimiento previo
de todo lo relacionado con el tema. Sobre todo al principio, todo ese enredo de
sectas religiosas y de los diferentes rangos de poder orientales, a los que
estamos poco acostumbrados, así como la abundancia de nombres árabes, me
dificultó un poco meterme en el texto. Supongo que esa falta de base previa me
hizo leer esta parte con cierta lejanía, aunque con interés.
En cambio la segunda parte me resultó
mucho más cercana y apasionante, quizás precisamente por esa mayor cercanía,
esa mayor comprensión de lo que nos cuenta el texto. Se trata del relato del
intento de crear una democracia en Irán en la primera década del siglo XX. Un
intento de salir de la opresión a la que estaba sometido el país por parte de
las potencias occidentales, por un lado, y por parte de los líderes religiosos,
por otro. Apasionante e indignante, al leer cómo los intereses occidentales
aplastaron aquel intento de crear un país moderno y democrático. Como tantas
veces en la historia, vemos cómo el actual “problema iraní” no es sino la
consecuencia de la política represiva de las potencias occidentales hacia los
países pobres. Esta parte me ha resultado apasionante, el relato de una
revolución popular contra la tiranía y contra la opresión extranjera, los
intentos de crear una democracia plena, y las sucias maniobras de las potencias
occidentales (Rusia e Inglaterra, en este caso) para impedirlo. Esta parte me
ha gustado mucho, porque lo desconocía, y porque toda esta historia nos resulta
mucho más cercana y comprensible que la historia de sultanes y visires de la
primera mitad.
En resumen: un libro interesante para
acercarse tímidamente al inmenso océano de la desconocida historia de las
civilizaciones orientales. Estupendo para quien tenga interés por la historia
en general, y prefiera leerla de forma novelada. Por supuesto, también
perfectamente legible para quien sólo busque una novela histórica con algo de
exotismo, aunque hay que reconocer que si se busca más bien un libro de
entretenimiento, los hay que cumplen de forma bastante más brillante en esta
faceta.
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