Una triste verdad:
Las cualidades que se necesitan para
gobernar no son las que se necesitan para acceder al poder. Para dirigir bien
los asuntos hay que olvidarse de uno mismo, no interesarse más que por los
demás, sobre todo por los más desgraciados; para llegar al poder hay que ser el
más ambicioso de los hombres, no pensar más que en uno mismo, estar dispuesto a
aplastar a los amigos más íntimos.
Samarcanda – Amin Maalouf
No hay comentarios:
Publicar un comentario