21 de noviembre de 2013

[Libros] Todo lo que cabe en los bolsillos – Eva Weaver (2013)

Tenía pendiente este libro hace meses, desde que lo leyó mi mujer y me lo recomendó fervientemente. “Te va a encantar”, me decía una y otra vez, “es diferente, no es lo que esperas”, me repetía. Pero me daba pereza. Por un lado, ya conocía muy bien el tema, había leído mucho sobre ello y visto muchas películas; y, por otro lado, por alguna razón sentía que no era el momento. Además, lo reconozco, la sinopsis me olía mal: desprendía cierto tufillo a sentimentalismo barato.
Finalmente, este mes decidí ponerme con él. Y ha resultado ser, para mí, el libro del año.
Ah, y por favor, olvidad la última frase de la sinopsis, que aunque pretende ser puro marketing, seguro que provoca repelús a muchos de los que hayan sufrido la lectura del pijamita de marras… Afortunadamente, se parecen como un huevo a una castaña.

Sinopsis:
Todo lo que cabe en los bolsillos es la historia de Mika, un chico judío que hereda el abrigo de su abuelo y encuentra en un bolsillo secreto una marioneta. Al principio la usa para entretener a los chicos del gheto pero pronto se verá obligado a hacerlo ante los soldados. Cuando se libera el gheto, las marionetas pasan a manos del soldado nazi Max y llegan con él a Siberia, salvándolo de la misma manera que lo hicieran con Mika. La nieta de Max heredará las marionetas después de la muerte de su padre. Años después las llevará a Nueva York, donde se encontrarán con Mika en su lecho de muerte.
Fascinante y sobrecogedora, Todo lo que cabe en los bolsillos es una historia de coraje y redención que apelará a los sentidos de todos aquellos que hayan leído El niño con el pijama de rayas.

Crítica personal: Simplemente, maravilloso
Me resulta difícil reseñar este libro, porque sé que nada de lo que pueda decir será capaz de transmitir lo que te transmite esta novela. Puedo hablar, y hablaré, de su contenido, de su estilo, de mi opinión subjetiva… pero la principal virtud de este libro está en lo que te hace sentir, y eso sólo se puede descubrir leyéndolo. Pese a todo, intentaré hacer una descripción lo más objetiva posible:

Este libro consta de dos historias entrecruzadas: la de un niño judío del gueto de Varsovia, y la de un soldado alemán. La primera parte, la protagonizada por Mika, servirá para descubrimos en detalle y con rigor toda la historia del gueto de Varsovia, con sus diferentes fases: el confinamiento, el hacinamiento y la hambruna, seguidos por las deportaciones a los campos, el heroico levantamiento en armas de sus habitantes, y la posterior destrucción total del gueto por parte de las tropas nazis.

En la segunda parte seguiremos leyendo la historia de otras víctimas de la guerra; la de los verdugos ahora convertidos en prisioneros del gulag, sometidos a unas condiciones similares a las que ellos impusieron a los judíos por toda Europa.

El libro consta de una tercera parte, en cierta manera a modo de epílogo, en la que los descendientes de aquellos protagonistas de uno y otro bando, se reencuentran, en ambos casos cargando a sus espaldas las historias, sufrimientos y remordimientos de sus antepasados.

Ya he dicho que el libro me ha encantado, y también he dicho que me resultará muy difícil explicar el porqué, ya que ese porqué está basado principalmente en las emociones que provoca su lectura, y que no son, como uno podría esperar a priori, las que provocaría un libro que busca la lágrima fácil o repleto de sensiblería barata. Ni mucho menos. Creo que la principal virtud del libro está en cómo consigue meterte en la piel de sus personajes. Y en cómo consigue que puedas llegar a imaginar, aunque sea de lejos (porque creo que es inimaginable llegar a sentir lo que debió ser aquello en realidad) lo que pensaban, lo que sentían, las preguntas que se hacían, sus dudas, temores, anhelos y remordimientos.

Curiosamente, creo que para mí la parte más emotiva del libro está en su segunda mitad, justamente en aquella parte que transcurre fuera del gueto y tras el fin de la guerra. La historia del gueto es emocionante, cautivadora y muy dura, por sí sola ya constituye una gran novela; pero la historia posterior es tan cautivadora, psicológicamente, como todo lo anterior. Los remordimientos, tanto de víctimas como de verdugos, las preguntas que se hacen a sí mismos, “¿por qué hice aquello?”, “¿por qué no hice esto otro?”…. Apasionante y estremecedor, y creo que tremendamente realista. Víctimas que arrastraron toda su vida el trauma de lo que sufrieron y lo que vieron, e, incluso, el sentimiento de culpabilidad por sobrevivir, como tan dura y magníficamente reflejó Primo Levi en sus escritos (sentimiento de culpabilidad que llevó a muchos supervivientes al suicidio, años después); y alemanes que, sin duda en muchos casos, arrastraron toda la vida el peso de la culpabilidad, fuera ésta activa o pasiva.

El libro emociona, atrapa y conmueve, pero además instruye. La historia del gueto de Varsovia está reflejada con una fidelidad  enorme en todos los sentidos: la descripción de las calles, de los edificios, de la vida en el gueto… la gestación del alzamiento en armas… Incluso se introducen en la historia personajes históricos reales, como el líder de los guerrilleros o el director del orfanato, entre otros. Esta parte es, por sí sola, una notable novela histórica.

Aunque con mucho menor grado de detalle, también resulta destacable la descripción del gulag siberiano, los campos de trabajo soviéticos en los que murieron no sólo millones de prisioneros de guerra alemanes, sino también millares de ciudadanos rusos víctimas de la paranoia estalinista.

Pero no, no estamos sólo ante una buena novela histórica impregnada de reflexiones y sentimientos; a todo ello, hay que sumarle un poquito de “magia”, o de poesía, un elemento como de cuento: las marionetas. En el fondo, ellas son el hilo conductor de la historia. Como en un cuento, como en una fábula repleta de horror y sufrimiento, una marioneta va pasando de mano en mano desde la creación del gueto en 1940 hasta un hospital de Nueva York en 2009. Como un amuleto, como un objeto cargado de esperanza, la marioneta es testigo mudo de todo el horror que se extendió por Europa como consecuencia de la guerra. Y, convertidas en un recurso magistralmente empleado por la autora de la novela, las marionetas son casi un protagonista más, entrañable, a lo largo de toda esta historia.

Hay también elementos de cierta fantasía en la historia, pero que personalmente he tomado como una licencia poética que no estropea el resultado. Me refiero a situaciones poco creíbles, como el abrigo lleno de un laberinto de bolsillos en los que es posible guardar cualquier cosa sin que nadie sea capaz de descubrirlo… o la posibilidad de ocultar personas debajo de un abrigo delante de las narices de otros. Personalmente me lo he tomado como eso, como  parte de ese elemento “de cuento” que también tiene el libro, aunque entiendo que si alguien se los toma “en serio”, pueden quitarle mucha credibilidad a la historia.

Sé que alguno estaréis pensando en que todo esto huele un poco a ñoño, a impostado, a recursos hábilmente utilizados por el autor para provocar sentimentalismo en el lector. Sí, sé que algunos lo pensáis, porque yo mismo esperaba encontrarme algo así antes de empezarlo, tras leer la sinopsis y algún que otro comentario. Supongo que por eso era tan escéptico. Pero el libro me ha parecido mucho más serio que el simple producto sensiblero y de aspiraciones superventas de un autor hábil. No hay aquí sentimentalismo barato, en absoluto. Hasta he visto detalles de todo lo contrario; sutiles, a veces, pero que están ahí, detalles cuidados que, sumados unos a otros, son los que dan solidez al texto. Como el odio sutil que se desprende de toda la historia protagonizada por Mika; en ella, los alemanes no son tales: son “las ratas”. Con la mayor naturalidad del mundo, ésta es la forma de designarlos en esa parte de la historia. Una simple palabra capaz de transmitir más que muchos libros completos. Detalles como éste son, desde mi punto de vista, signos de inteligencia y buen hacer por parte de su autora (novel, por cierto; todo un descubrimiento al que habrá que seguir la pista). Claro que también puede ser que, pese a mi prevención, simplemente sea que he caído totalmente en la trampa de una autora habilidosa a la hora de jugar con los sentimientos del lector... En cualquier caso, me ha encantado, que es lo que importa.

Poco más puedo decir, y sin embargo siento como si no hubiera sido capaz de decir nada aún. Porque éste es uno de esos libros que hay que leer para poder entenderlos. Como ya he dicho, a pesar de haberlo empezado con mucho escepticismo, se ha convertido para mí en el libro que más me ha gustado de todo este año. Un gran libro, en todos los sentidos.


Nota personal: 9,5

1 comentario:

  1. Yo tambien he leido el libro y me ha gustado mucho la forma tuya de comentarlo.
    amí el leer libros me suele aburrir pero este me engancho desde el primer momento. lo empece en el verano y en menos de una semana lo acabé.
    Gracias
    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar