Decir que esto es una
novela me parece excesivo: he leído relatos cortos más largos. Pero eso no
tiene nada que ver con su calidad: es genial. Y eso que no soy gran amigo de
los relatos.
Con Suite francesa no fui capaz de apreciar
las tan cacareadas virtudes de esta escritora, al menos no al nivel que se lee
por ahí; sin embargo, en El baile
creo poder decir que he encontrado signos de auténtica genialidad. Me descubro ante esta escritora, y, sin duda, seguiré
leyéndola.
Sinopsis:
Autora de la recién descubierta Suite Francesa,
publicada póstumamente y aclamada por la crítica y el público de media Europa,
Irène Némirovsky saltó a la fama con esta breve joya literaria sobre la
venganza de una adolescente, editada en Francia en 1930 y traducida al
castellano en 1986.
Instalados en un lujoso piso de París, los Kampf
poseen todo lo que el dinero puede comprar, excepto lo más difícil: el
reconocimiento de la alta sociedad francesa. Así pues, con el propósito de
obtener el codiciado premio, preparan un gran baile para doscientos invitados,
un magno acontecimiento social que para el señor y la señora Kampf supondrá,
respectivamente, una excelente inversión y la soñada apoteosis mundana.
Crítica: Una joya literaria con mucha mala leche
Parece increíble que
en tan pocas páginas se pueda condensar tanto, y con tanta intensidad. Definir
este relato como una joya creo que es más adecuado que nunca, por lo que tiene
de perfección acumulada en tan breve extensión.
Al ser tan corto, es
difícil decir algo sin revelar su contenido, por lo que me limitaré a decir que
en esta joyita literaria encontraremos un fiel reflejo de la visión de una
adolescente del mundo que la rodea, con un sentimiento a ratos desgarrador;
también, una ácida crítica de la alta sociedad burguesa en general, y de los
nuevos ricos en particular; de la vanidad humana y de la necesidad de venganza
frente a la humillación; del resentimiento y la ira; y de la necesidad de
autoafirmación y rebeldía en la difícil transición de la niñez a la edad
adulta.
En fin, una obra
magnífica, una verdadera joyita que se lee en apenas una hora, que se disfruta
y que, pese a su breve extensión, es capaz de provocar muchos sentimientos
diferentes en el lector. Recién terminado, casi me dan ganas de releerlo de
nuevo, para poder apreciar mejor la gran cantidad de matices contenidos en tan
pocas páginas. Lo recomiendo a todo el mundo.
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