Pocas veces me he encontrado ante una fuerza expresiva como la del siguiente párrafo:
Eso dijo Carmela. Y entonces se levantó. Y luego cruzó el salón. Y lo cruzó ante mí, por mí, contra mí, para mí, hacia mí, frente a mí, junto a mí, hasta mí, y, sobre todo, a través de mí, para perderse después por el pasillo.
Almudena Grandes - Estaciones de paso
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