Sinopsis:
En el Monasterio de las Adoratrices de la Sagrada
Canasta, un extravagante y lujurioso burdel a las orillas del Rhin, el habitual
regocijo que reina entre sus muros ha dejado paso a un profundo silencio.
Zelda, una de las más antiguas y requeridas de las místicas consagradas a las
prácticas de “los placeres prohibidos” ha sido encontrada desollada viva y el
terror se ha apoderado de todas sus compañeras. Éste será el primero de una
serie de misteriosos e inquietantes asesinatos.
¿Cuál es la relación de Johannes Gutenberg con
estos crímenes? Recluido en una lóbrega abadía a las afueras de Estrasburgo,
Gutenberg experimenta con una máquina y una técnica para reproducir libros. En
lugar de conseguir la gloria por su maravilloso invento, será perseguido y
arrestado, acusado de ser el falsificador y estafador más audaz que recuerde el
Sacro Imperio Romano Germánico. Un libro buscado por todos será la clave para
resolver todos los asesinatos: El libro de los placeres prohibidos.
Una fabulosa novela histórica y de intriga que
transporta al lector a las diferentes ciudades europeas del siglo XV, tras las
huellas de uno de los personajes más complejos y emblemáticos de la Historia:
Gutenberg.
Crítica: Una interesante novela histórica
camuflada de falso erotismo e intriga
Andahazi es un
tramposo. Pero mucho. Sabe lo que vende, y envuelve en ello sus escritos. La
parte buena, es que el interior tiene calidad. Así que le perdonamos que quiera
engañarnos con los colorines del envoltorio.
Descubrí al argentino
Federico Andahazi hace algunos años a través de su primera novela (y gran éxito
de ventas), “El anatomista”. Me agradó su estilo ameno, su habilidad para
recrear épocas pasadas, y el interés de lo que nos contaba, aunque no fuese más que una parte “menor” de la Historia. Con la excusa de contarnos la vida del “descubridor” del clítoris y de su relación con el placer femenino, Andahazi
hacía un interesante y ameno recorrido por la Europa del siglo XVI, sus
prostíbulos, sus costumbres… En resumen, un libro que, sin ser ningún novelón,
me resultó lo suficientemente interesante y ameno como para repetir con este
autor.
Y eso fue lo que me animó a leer “El libro de los placeres prohibidos”,
porque si la lectura de su sinopsis hubiera ido acompañada del nombre de un
autor desconocido, probablemente nunca lo hubiera empezado, esperando
encontrarme alguna basurilla más del tipo “best-seller histórico con intriga”
que tanto prolifera en los últimos años. Pero en este caso, el apellido
Andahazi hacía subir algunos puntillos a la mosqueante reseña comercial, así
que decidí darle una oportunidad.
Y sí, Andahazi resultó
ser un embaucador y tramposo de cuidado, pero en este caso para bien. Porque ha
aprovechado esa tendencia “histórico-bestsellera con intriga de garrafón” del
mercado literario para intentar vender a espuertas su nuevo libro, vistiéndolo
de "thriller", y dándole algunos toques en su interior para que también lo parezca.
Afortunadamente, junto a la mediocridad esperable de esa parte, hay una
historia interesante y auténtica: la de Gutenberg y la invención de la
imprenta. Y lo que empieza como un extraño relato de intriga histórico para enganchar al
lector despistado, deriva pronto hacia una novela histórica “de verdad” en la
que esa parte comercial va perdiendo cada vez más fuerza. Afortunadamente.
Y nos sorprendemos y
hasta nos divertimos descubriendo que Gutenberg era “un listo” en todos los
sentidos, alguien que buscaba lucrarse falsificando manuscritos, que estafaba
aquí y allá para conseguir créditos con los que investigar de cara a fabricar su
invento, con el objetivo último de hacerse rico. Un genio oscuro y, quizás por
ello, más interesante. Especialmente cuando se trata de un personaje histórico
del cual sabemos tan poco. Si además nos lo cuentan de forma amena, el
resultado por fuerza tiene que resultar atractivo.
Pese a todo, a
Andahazi le vemos el plumero a lo largo de todo el libro, pero lo hace con
oficio, y se lo dejamos pasar; los artificios del escritor con ganas de vender
no nos abandonan en ningún momento a lo largo del texto, aunque se lo
perdonamos. Y lo hacemos porque la historia nos gusta, porque no sabíamos nada
de la vida de Gutenberg y todos los tejemanejes que rodearon la creación de ese
gran invento gracias al cual hoy podemos disfrutar leyendo, entre otros, a
Andahazi: la imprenta. Y nos gusta cómo nos lo cuenta. Consigue, como hizo en
“El anatomista”, que una pequeña historia se convierta en un interesante
relato. Incluso aunque lo salpique aquí y allá con bombillitas de colores, y lo
envuelva todo con papel de colores chillones, para intentar vendérnoslo con
fanfarrias y trompetas desde los anaqueles de bestsellers de las librerías. Se
lo perdonamos; un poquito. Porque el fondo nos ha gustado.
Y se lo perdonamos
también, debemos reconocerlo, porque hasta esas bombillitas tienen su gracia.
Porque ese envoltorio y espumillón despistante de la historia central tiene
también su esencia de calidad, pues se nota que en él ha empleado los
conocimientos históricos sobre el sexo de los que se empapó (supongo) cuando se
documentó para “El anatomista”. Así que, hasta la parte más light y comercial
tiene también cierto trasfondo de rigor e interés. En fin, lo que decía: que
Andahazi es un tramposo y un listillo de cuidado, pero lo hace bien el jodío.
En resumen: como en el
caso de “El anatomista”, no estamos ante ningún novelón, pero se lee bien,
entretiene y encima aprendemos algo, en este caso sobre Gutenberg y su invento.
Ya es mucho más de lo que nos ofrecen muchas otras novelas.
Con esta critica yo creo que me voy a dejar que me hagan trampas para leer algo nuevo. No soy un habido lector ya que mis hobbies me tienen ocupado!
ResponderEliminar;-)
¡Bienvenido, Raúl! Pues mira, yo cuando más leo es en vacaciones, especialmente durante la hora de la siesta y tras la cena, en el porche del bungalow. Pero claro, influye mucho que en los sitios a los que hemos ido siempre hemos estado rodeados de holandeses, supongo que en la vida de caravanista se hace más vida social, y ¿quién se resiste a la charla con cervecita...? :-)
ResponderEliminarSaludos..
ResponderEliminarAcabo de comprar esta novela y voy a ver qué tal.
:D
Yo leí "La Ciudad de los Herejes" y fue EXCELENTEEEEE..!!!!
:D