Sinopsis:
Nicholas
Guild retoma las aventuras y desventuras de Tiglath Assur, una vez es exiliado
de su patria natal. Puesta su cabeza en venta, tendrá que huir mezclándose con
gran cantidad de civilizaciones y culturas, demostrando sus dotes para la
diplomacia y el enorme carisma que emana.
Despojado
del trono por su hermanastro, condenado a errar por la tierra si logra escapar
de los asesinos que le persiguen y acompañado únicamente de un leal servidor,
Tiglath abandona la histórica ciudad de Nínive, tratando de ponerse a salvo y
hacer fortuna, sabedor de que la estrella roja, una marca de nacimiento que
ostenta en la palma de la mano como muestra del favor de los dioses, puede
asimismo delatarle a sus enemigos. Sus andanzas le conducirán, entre otros
lugares, al decadente Egipto, a una fortaleza comercial fenicia y a Sicilia,
aterrorizada por un rey bandido, hasta que por fin regresa a Oriente para
enfrentarse con su hermano en un encuentro que no sólo decidirá su destino sino
el de varios imperios.
Guild,
auténtico maestro a la hora de recrear antiguas civilizaciones, esta vez nos
prepara un viaje por multitud de parajes cada cual más suculento y maravilloso.
De tal manera volveremos a la tierra de Asiria; negociaremos en las calles con
los Fenicios; pasaremos sed y tragaremos arena en el desierto del Sinaí;
tocaremos el lujo y la pomposidad en el antiguo Egipto, y descubriremos que
hubo ejércitos más poderosos que el suyo; formaremos parte de la democracia en
Grecia, y trabajaremos la Tierra en las islas Itálicas. En cada uno de sus
rincones, en cada uno de sus paisajes y culturas, Guild nos hará tener la
sensación de estar allí y en vez de tener un libro entre las manos pensaremos
que tenemos una máquina del tiempo.
Una
vez más el escritor cala con su escritura nuestro espíritu, las pasiones y los
sentimientos a flor de piel, nos hará entender que la vida de ahora y la de
hace miles de años eran muy parecidas. El amor se siente igual ahora que antes,
al igual que la pena o la alegría. Eso es La
Estrella de sangre, un compendio de
manifestaciones y sentimientos profundos y humanos que nos pondrá la carne de
gallina.
Crítica: Otra entretenida novela histórica y de aventuras
“La estrella de sangre” es la continuación
de uno de los títulos más emblemáticos de la novela histórica: “El asirio”, de
Nicholas Guild. Una novela que para muchos aficionados es casi obra de culto,
supongo que por su capacidad de combinar un texto ameno, ágil y de fácil
lectura con un interesante trasfondo histórico de una civilización
prácticamente desconocida: el antiguo imperio asirio, de épocas casi
prebíblicas.
Leí “El Asirio” hace ya bastantes
años, antes de empezar con este blog (por eso no aparece aquí su reseña). Me
pareció una interesante y entretenida novela histórica, aunque no llegó a
apasionarme tanto como uno lee en ciertas reseñas que se encuentran por la red.
Un libro entretenido y bien documentado, del que quizás lo más valorable fuera
precisamente esto último, ya que sabemos realmente muy poco de la civilización
asiria, lo que hace que el nivel de detalle del texto de Nicholas Guild, al
describirnos usos y costumbres, ciudades y formas de vestir, gastronomía y
religión, entre otros muchos, sea algo realmente muy valorable.
El Asirio nos contaba la historia de
Tiglath Assur, personaje ficticio inserto dentro de la Historia real, con
mayúsculas. Supuesto hijo de Sennaquerib, rey de Assur (Asiria), hermano de
Assarhadon (el también histórico rey que sucedería a Sennaquerib), y supuesto
padre de Assurbanipal (el último gran rey asirio, oficialmente hijo de
Assarhadon), Tiglath Assur recorre las páginas de “El Asirio” desde su más
tierna infancia hasta la muerte de su padre, cuando las intrigas de la corte
(y, principalmente, de su madrastra) le impiden alcanzar el trono a favor de su
hermano Assarhadon. Las páginas de “El Asisio” terminan con el príncipe Tiglath
Assur desterrado por traición, un delito que en realidad nunca cometió (todo
gran héroe debe ser siempre injustamente tratado, si uno quiere crear una buena
historia para vender libros…).
Se trata, pues, de una novela de
aventuras dentro de un marco real. Y su continuación, “La estrella de sangre”,
continúa en ese tono, retomando las aventuras de Tiglath en su destierro. Sin
embargo, este segundo volumen me ha parecido algo inferior al primero en cuanto
al contexto histórico: frente a la rigurosidad y nivel de documentación del anterior,
éste deriva más hacia la novela de aventuras pura y dura. Mantiene cierto
interés, eso sí, en el sentido de que las andanzas de Tiglath le hacen
deambular por todo oriente medio, Egipto, Grecia y Sicilia, lo que le permite
al autor ofrecernos unas pinceladas de cómo eran esas civilizaciones en la
época, aunque sin alcanzar el rigor con que nos sorprendió en el primer
volumen.
No entraré a comentar más sobre el
fondo del libro, que es básicamente lo ya dicho, una novela de aventuras de hechuras
bastante clásicas, en la que nuestro héroe va pasando por diferentes
vicisitudes de las que suele salir airoso gracias a su ingenio y valor; nada
nuevo bajo el sol, aunque bien escrito, ameno y fácil de leer. Así que nada que
objetar, una buena novela de entretenimiento en este sentido, inmersa en un
exótico y poco conocido marco histórico.
Comentaré, no obstante, algunos
detalles que me han parecido curiosos: por ejemplo, el homenaje de Guild al
Sinuhé de Mika Waltari. Recuerdo que, según comenzaba el libro, empecé a ver
bastantes similitudes: el protagonista acompañado de su sirviente que hace las veces
de asesor y contrapunto humorístico, o la ruta seguida por Tiglath en su
periplo, casi idéntica al recorrido que hace Sinuhé en su libro. ¿Plagio
descarado? Bueno… no, desde mi punto de vista, cuando el propio autor pone en
boca de su personaje, por dos veces a lo largo del texto, la frase más repetida
en el libro de Waltari: “tus palabras son como moscas para mis oídos”. Una
evidente declaración precisamente de eso, de reconocimiento hacia la gran obra
de Waltari, de homenaje a Sinuhé el egipcio, la primera gran novela histórica
moderna. Cuando uno imita a otro a escondidas, es un plagio: si lo hace de
forma abierta y lo reconoce, es un humilde homenaje a un maestro al que se
admira, desde mi punto de vista. Bien por Guild.
Y por último, simplemente señalar,
como punto de atención para posibles futuros lectores, el interés de la
descripción que hace Guild de la religión monoteísta asiria, su adoración del
dios Assur, por el interés que tiene de cara a la comprensión de las grandes
religiones monoteístas modernas. Aunque en el libro lógicamente no se menciona
explícitamente cómo influyó la religión asiria sobre (entre otras) el judaísmo,
Guild se detiene en bastantes detalles en relación con el culto a Assur, una de
las primeras (¿quizá la primera?) religión monoteísta de la historia. Efectivamente,
la religión judía tomaría prestados con el tiempo muchos detalles del dios
Assur de sus antiguos vecinos, que serían después incorporados a su propio Yahvé.
Por supuesto, el paso de los siglos iría haciendo evolucionar las religiones, y
a simple vista puede resultar chocante hoy ver reflejado al sanguinario Assur
en la bondadosa imagen del anciano barbudo de la religión cristiana… pero
recordemos que también Yahvé comenzó siendo vengativo y sanguinario, y sólo el
paso de los milenios y una suavización hacia lo “políticamente correcto” irían
transformando su imagen en la que el mundo occidental ha creado hoy para su
dios. Leer la obra de Guild conociendo estos antecedentes de la historia de las
religiones nos hace disfrutar de otra forma de las minuciosas descripciones
realzadas por Guild en relación con el culto a Assur.
En resumen, para terminar: una
interesante y amena novela de aventuras que además puede leerse muy bien sin
necesidad de haber leído la novela previa (de hecho, en mi caso habían pasado
años entre una y otra, y ya apenas recordaba los detalles de la anterior). Una
lectura recomendable tanto para amantes de la novela histórica como del género
de aventuras (mucho más si os gustan ambos…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario