Sinopsis:
Un joven estudiante iraquí, mientras aguarda en el
bullicioso Beirut el momento para saldar sus cuentas con el mundo, recuerda
cómo la guerra le obligó a dejar sus estudios en Bagdad y regresar a su pueblo,
Kafr Karam, un apacible lugar al que sólo las discusiones de café perturbaban
el tedio cotidiano hasta que la guerra llamó a sus puertas.
La muerte de un discapacitado mental, un misil que
cae fatídicamente en los festejos de una boda y la humillación que sufre su
padre durante el registro de su hogar por tropas norteamericanas impulsan al
joven estudiante a vengar el deshonor.
En Bagdad, deambula por una capital sumida en la
ruina, la corrupción y una inseguridad ciudadana que no perdona ni a las
mezquitas. Atormentado, es presa fácil de unas tramas integristas que también
le decepcionan, porque sus maneras no son mejores que las de los ocupantes,
pero se deja arrastrar y se implica en un atentado de tintes apocalípticos
cuyas repercusiones dejarán en mantillas al 11-S.
Crítica personal: Aprenda a fomentar el
integrismo, en 3 lecciones
Un magnífico
retrato del Irak de la post-guerra. El autor nos presenta la realidad de un
país en el que se ha retirado a un dictador para sustituirlo por una anarquía
donde impera la ley de las armas y donde la vida humana no vale nada, para
ninguno de los dos "bandos".
El
protagonista del libro, un muchacho de una aldea rural que siempre ha odiado la
violencia, se ve arrastrado a unirse a los terroristas ante lo que siente como
profundas ofensas por parte de las tropas de ocupación norteamericanas.
Un libro que
hace reflexionar. Imprescindible para conocer la realidad del mundo árabe en la
actualidad.
Nota personal:
7,5
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