(Oh, qué bonito…
mi Kindle y yo… qué tierno…)
Hace dos años, yo
era un poco escéptico con esto del libro electrónico; supongo que tenía las
dudas típicas del que no lo ha probado: ¿cómo sería eso de leer en una
pantalla? ¿de no tener el papel entre las manos, de no sentir las hojas al
pasar, de no posar tus ojos sobre la tinta impresa en el papel…? (mejor me dejo
de poesía, no es lo mío…) Y aparte de eso, la duda fundamental: ¿y qué se puede
leer en un trasto de esos? Porque hace dos años, oferta de libros electrónicos
modernos en castellano había poca, muy poca; y leer los clásicos está bien un
rato, pero Góngora, Quevedo y Cervantes, por buenos que sean, a mí me terminan
cansando (uno es así). Sí, sabía que en “la oferta alternativa” había cosas,
pero ¿tanto como para justificar la compra? (hace dos años un cacharro de estos
aún costaba una pasta… unos 300 euracos…)
El caso es que,
aunque aún muy minoritarios, estos cacharros comenzaban un lento despegue. Y me
planteé comprarle uno a mi mujer para su cumpleaños (lo que, dada la
imaginación que tiene uno para estas cosas, me solucionaba un problema). Así
que comencé a investigar…
Lo primero que vi
fue que la “oferta alternativa” era mucho mejor de lo esperado. ¿Qué digo
mejor? ¡Era cojonuda! (perdón, perdón… ya avisé que este blog no era apto para
todos los públicos…). Vi que había centenares de libros “apetitosos” al alcance
de un par de clics de ratón… (inocente de mí…. En realidad había miles…). Por
ese lado, no parecía haber problema de suministro… (¿escrúpulos? Luego
hablaremos de eso…)
Luego vino el
buscar el cacharro. Por principios (manías…) me autoimpuse no pagar más de 200
€ por un trasto de estos. Más me parecía una pasada para un aparato que no hace
más que mostrar texto. Y no creáis, que en ese momento no era fácil bajar de
esa frontera; de hecho, creo que en España no había ni uno…
No me enrollaré
mucho, pero el caso es que justo por entonces, mientras me empapaba de modelos
a la venta y datos técnicos, Amazon anunció la próxima salida de su nuevo Kindle
(la tercera generación), a un precio imbatible (169 $, creo…). Y las
características parecían de lo mejorcito… No me lo pensé, y en julio o agosto
de 2010 me apunté en la lista de espera para recibir uno de los primeros cuando
saliera a la venta (el 27 de agosto; el cumple de mi mujer es en septiembre).
Con su fundita y todo me salía puesto en casa por 180€. Un chollo en ese
momento…
Me llegó el
libro, se lo regalé a mi mujer… y se me empezó a caer la baba. Era una gozada:
se leía como el papel, no pesaba nada, no ocupaba, y tenía toda una biblioteca
a mi disposición. Total, que en Reyes yo ya tenía otro (¡y la espera se me hizo
eterna…!).
Desde entonces,
no he parado de leer. De hecho, creo que fue una de las razones por las que fui
abandonando el blog.
Siempre me había gustado la lectura, pero desde la época del instituto no había
leído tanto. El hecho de tener miles de libros disponibles hacía que no parase
de tener títulos atractivos pendientes. Y el hecho de empezar a frecuentar
foros de lectura y demás (en el proceso de búsqueda de los libros) hizo que
cada vez aumentase más mi lista de espera, por las recomendaciones que iba
leyendo aquí y allá. Antes, después de cenar mi mujer y yo solíamos ver alguna
serie o alguna película; desde que tuvimos el Kindle, casi siempre leíamos.
¿Qué ha cambiado?
¿Es porque ahora los libros son “gratis”? En absoluto. Siempre he sido un buen
lector, pero la verdad es que nunca he sido un gran comprador de libros;
siempre he comprado lo que me apetecía conservar por alguna razón, pero nunca
había encontrado mucho sentido a llenar la casa de papel que leía una vez y
arrinconaba por años. Los libros de entretenimiento, quizás el 90% de mis
lecturas ajenas al trabajo, siempre los he sacado de la biblioteca, de la que
habitualmente he sido un buen “cliente”. Pero ahora tenía la biblioteca en
casa. Miento: en poco tiempo tenía en casa más títulos que en la biblioteca de
mi barrio. Y sin tener que desplazarme del sillón. Parece una tontería, pero
eso marcó la diferencia.
Mi nivel de
lectura se disparó. Y me culturicé: por alguna razón, disponer de grandes obras
maestras entre esos miles de títulos me animó a leer por ejemplo a
Dostoievskiy, con quien nunca me había atrevido. O a intercalar libros de historia
o ensayo, que no sólo de novela vive el hombre. Por supuesto, todo aderezado
con novelillas más ligeras… Pero la verdad es que lo de “tenerlo todo” te anima
a querer “leerlo todo”. Es un vicio.
Por eso no tengo
remordimientos. ¿Que me bajo los libros de internet? Sí. Y antes los sacaba de
la biblioteca. No pagaba antes, y no pago ahora, salvo excepciones (alguno sigo
comprando, igual que antes). Es más, incluso estaría dispuesto a pagar una
tarifa plana por tener acceso a una biblioteca online, aunque la biblioteca
física era gratis. Pero por ahora nadie se ha decidido a hacer algo así en
nuestro país (en USA sí; allí se pueden sacar libros electrónicos de las
bibliotecas públicas, o leértelos de Amazon con una asequible tarifa plana que
incluye películas). Ellos se lo pierden.
Sé que todo esto
es problemático… Yo he sido autorde 5 libros, aunque nunca haya vivido de ello, así que algo conozco el
tema. Sé que sin remunerar a los autores, los libros pueden acabarse (no del
todo, los noveles siempre estarán dispuestos a publicar gratis; pero ese
“ansia” luego se pasa, justo cuando aprendes a hacerlo…). El tema es
complicado. Pero yo no me siento culpable; para mí, simplemente ahora tengo
acceso a la biblioteca desde casa. Si se hubieran espabilado para hacerlo bien
(que de verdad yo accediera a una biblioteca online), Cedro pagaría una cantidad a cada autor
cada vez que leo un libro suyo, como pasa con las bibliotecas físicas… Pero en
fin, este tema daría para mucho debate y el caso es que esta entrada no iba de
eso.
Va de que ahora
leo mucho más. Y muy variado. Y en este blog iré colgando reseñas de lo que voy
leyendo (no necesariamente de todo, pero sí al menos de lo que más me impacte,
por lo bueno o por lo malo). Supongo que al principio quizás colgaré bastantes
de estas reseñas seguidas, porque iré rescatando las que he ido poniendo aquí y
allá (en foros y demás sitios) a lo largo de estos dos últimos años. Mientras
me dure el entusiasmo con el Kindle y mi biblioteca en casa (y tras dos años,
aún me dura), creo que la crítica literaria de andar por casa ocupará una buena
porción de este blog. Que ustedes lo disfruten (o lo sufran…)
Aclaración: Todo es matizable… cuando digo que leo
mucho, y después me comparo con lectores compulsivos, resulta que leo
poquísimo… Para vuestra información, mi media actual desde que tengo el Kindle
es de algo menos de un libro por semana, unos 40 al año. Para algunos es muy poco…
pero el tiempo libre no me da para más, ¡ya quisiera!
Ya me gustaría a mí, el poder leer un libro a la semana. Mis guarismos son mucho más pobres, eso sí, procuro compensar y ya que leo poco, leer muy bien y lecturas muy seleccionadas...
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