Hace un mes a lo
mejor me lo habría creído. De eso se aprovechan: de que apenas hay información
veraz alternativa, y de tanto repetir algo, todo el mundo acaba por creerlo. En
este último mes, he leído un par de libros sobre la crisis económica que me han
abierto los ojos y me han indignado muchísimo (próximamente hablaré de ellos en
otra entrada). El caso es que, aunque antes algo intuía, ahora sé que gran
parte del mensaje reiterativo que recibimos es falso; que es falso que sólo
haya una vía para salir de la crisis y que ésta pase por jodernos a todos los
ciudadanos; que es falso que estemos “pagando los pecados de una vida anterior
disoluta”; que es falsa esta opción que nos plantean de “susto o muerte”.
Mentiras y más mentiras.
Ayer volví a
indignarme al escuchar de nuevo estas mentiras de boca de Rajoy en su
entrevista en TVE. Mentiras, y utilizo esta palabra sin cortarme, porque acepto
que uno puede estar equivocado en su forma de enfocar la solución a una crisis,
y que puede que ahí no haya verdades absolutas; pero cuando se falsean las
razones que nos han llevado a dicha crisis, eso es MENTIR. Con todas las
letras.
Ayer oí a nuestro
presidente repetir el mantra de los últimos tiempos: lo que nos pasa es porque
hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, porque hemos gastado lo que
no teníamos. Eso nos ha endeudado hasta las cejas y ahora todos tenemos que
apretarnos el cinturón para salir de ese agujero. Rajoy usó ayer todas esas
palabras de forma prácticamente literal.
Eso es MENTIRA.
¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades? ¿Quién ha gastado lo que no
tenía? ¿Alguno de vosotros lo ha hecho? Os aseguro que yo no. Ah, que hablamos
del gobierno anterior… claro, la excusa de siempre… echamos la culpa a otros,
nos excusamos en que su mala gestión ha provocado que ahora no tengamos más
remedio que tomar estas medidas tan impopulares, etc. Nos sacudimos el muerto
de encima.
Como decía, hace
un mes no habría tenido argumentos para no creerlo. De eso se valen. Por eso
debemos informarnos todos, por eso me alegro de haber leído esos libros de los
que hablaré en otra ocasión. Copio las palabras literales de Paul Krugman,
economista norteamericano y Premio Nobel de Economía, muy crítico con las
razones que han llevado a la crisis y las medidas que se están tomando para
enfrentarse a ella; Krugman habla de esa falacia de que los países del sur de
Europa tengan lo que se han buscado (las negritas son mías):
“Europa también tiene su propia narración
distorsionada, un relato falso de las causas de la crisis que no solo
interfiere en el camino de las soluciones reales sino que, de hecho, termina
llevando a políticas que solo empeoran la situación.
(…)
He aquí, pues, el Gran Engaño europeo: la creencia
de que la crisis europea se debe ante todo a la irresponsabilidad fiscal. Los
países incurren en déficits presupuestarios excesivos —nos dice el cuento— y se
endeudan en exceso; por lo que, ahora, lo importante es establecer unas normas
que impidan que la historia se vuelva a repetir.
(…)
España también tenía
superávit presupuestario y una deuda baja. (…) En la figura adjunta
se indica la deuda como porcentaje del PIB para un país «promedio» de entre los
países que ahora están en crisis: un promedio, ponderado en función del PIB, de
las proporciones de deuda/PIB en los cinco países GIPSI (recordemos: Grecia,
Irlanda, Portugal, España e Italia). Hasta 2007 inclusive, este promedio
descendía de forma sostenida; o sea que, en
lugar de transmitir una imagen de derrochadores, parecía que el grupo de los
GIPSI, con el tiempo, mejoraría su situación fiscal. La deuda se disparó solo
tras la llegada de la crisis.
Pero muchos europeos en puestos clave —sobre todo
destacados políticos y funcionarios alemanes, aunque también los dirigentes del
Banco Central Europeo y líderes de opinión de todo el mundo de las finanzas y
la banca— están totalmente comprometidos con el Gran Engaño y ninguna prueba
esgrimida en su contra les afectará. En consecuencia, el problema de hacer
frente a esta crisis suele formularse en términos morales: los países tienen
problemas porque han pecado, y ahora tienen que redimirse a través del
sufrimiento.
Y este enfoque es funesto, a la hora de abordar
los problemas reales a los que se enfrenta Europa.
(…)
En gran medida, esta crisis fiscal es un producto
derivado del estallido de las burbujas y el descontrol de los costes. Cuando estalló la crisis, el déficit se
puso por las nubes; y la deuda también aumentó mucho de golpe cuando los países
con problemas actuaron para rescatar sus sistemas bancarios.”
Es decir, NO
estamos pagando nuestros pecados (que también los hubo, pero desde luego no
fueron nuestros, de los ciudadanos de a pie); la deuda y el déficit no fueron
la causa de la crisis, sino que se dispararon COMO CONSECUENCIA de la crisis, y
en gran medida debido a las ayudas a la banca, verdadera causante, con sus irresponsables
y ambiciosas actuaciones en los últimos años, de esta situación que ahora
estamos sufriendo quienes menos culpa tenemos.
Un poco más de
detalle, extraído de otro libro, muy inferior desde mi punto de vista al de
Krugman, pero que particulariza mucho más en la situación española:
Y, por si faltaba algo, el estallido de la deuda
soberana
Como otros países, España hizo un gran esfuerzo
presupuestario para hacer frente a la crisis, para ayudar a los bancos y para
financiar un ambicioso plan de apoyo. Pero, como la crisis mermaba los ingresos
públicos, resultó que en muy poco tiempo se multiplicó el déficit público y
aumentó la deuda del Estado.
A diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos,
el Banco Central Europeo decidió que no financiaría a los gobiernos (…) y eso
los obligó a ponerse en manos de los "mercados" (en realidad, de los
bancos y de los grandes grupos inversores que compran su deuda). Éstos
aprovecharon la ocasión para extorsionarlos e imponerles reformas que las
patronales venían reclamando desde hacía años: en el mercado de trabajo, en el
sistema de pensiones y poco a poco privatizando servicios públicos.
Ninguna de estas reformas tiene relación con el
origen de la crisis, forma parte de las mentiras con que se le ha dado
respuesta pero lo que han producido, en lugar de mejorar la situación
económica, es su empeoramiento, lo que dificulta aún más la creación de empleo
y provoca un nuevo problema a la economía española que puede terminar siendo
intervenida, como la griega, la irlandesa o la portuguesa para
"rescatarla", aunque eso en realidad significa rescatar a los bancos
para que puedan pagar a sus acreedores alemanes o franceses.
Así que no, señor
Rajoy: no me meta a mí en el saco cuando dice que hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades o que hemos gastado lo que no teníamos. Ha sido el
estallido de las grandes burbujas financiera e inmobiliaria lo que ha movido al
estado a ayudar con miles de millones a la banca, endeudándose hasta las cejas
en el proceso (y agravado por la caída de ingresos provocada por la propia
crisis). Le aseguro que ni yo, ni los que me rodean, hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades. Basta ya de mentiras.
No solo existen esas mentiras. En mi opinion hay una mas grave todavia. ¿Que legitimidad tiene el partido que nos gobierna actualmente?, ha mentido en todos y cada uno de los puntos de su "programa electoral", lo cual me hace pensar ahora en si me puedo creer lo que me diga a partir de ahora cualquier partido politico. Han destruido la base de la democracia, podemos votar, si, pero luego no hay compromiso alguno para cumplir aquello por lo que hemos votado. ¿Que democracia es esa? ¿De que sirve mi voto?
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