Se llamaba casi
como este blog; bueno, en realidad se llama, porque sigue existiendo… pero ya
no es lo mismo. Ni muchísimo menos.
Me refiero al
programa de la tarde de RNE, el que escuchaba en el coche camino de casa, al
salir del trabajo. El de “Toni y Tom“ (léase “tonitom”), de Toni Garrido y su
compañero “el sueco”, Tom Kallene. Un programa fresco, sin pelos en la legua,
en el que daban caña (y mucha) a todo el que se les pusiera por delante. El
único sitio donde día tras día escuchaba verdades como puños sobre la crisis,
los que nos metieron en ella y los que no son capaces de sacarnos. Un programa
que no se casaba con nadie, independiente y plural. Se veía venir que no podía
durar: ya se lo han cargado. El programa sigue, pero Toni Garrido, su líder, ha
sido despedido. Con él han caído otros muchos colaboradores externos, como “el
sueco”.
No ha sido el
único: también se han cargado “Los desayunos de TVE”, el programa de la
periodista más valiente y agresiva de nuestro país, la que no aceptaba las
evasivas en las respuestas, la que hacía preguntas incómodas a políticos tanto
de IU como del PP, la que entrevistó a Ahmadineyad con momentos de elevada
tensión… Ana Pastor, por supuesto, la periodista temida por nuestros
representantes públicos. También se la han cargado.
El tercero era el
que escuchaba en mi otro viaje hacia el trabajo, por la mañana temprano,
también en RNE: Juan Ramón Lucas, con su programa “En días como hoy”. Otro gran
periodista, no tan cañero como los anteriores, pero sí comprometido con el servicio
público y capaz de hacer amena y accesible a cualquier público la noticia más
árida y compleja. Demasiada independencia.
Cinco años ha
durado lo que prácticamente todo el mundo, en todos los ámbitos, ha calificado
como el periodo de más libertad, independencia y calidad en la radiotelevisión
pública española. Años llenos de premios a nivel nacional e internacional, y
con la respuesta aprobadora del público subiendo los índices de audiencia de
los informativos hasta el primer puesto del panorama nacional, muy por delante
de sus competidores. Unos años en los que la radiotelevisión pública española
ha sido comparada a nivel de iguales con la BBC, ejemplo por antonomasia de
radiotelevisión pública independiente.
El nuevo director
de RTVE (elegido tras una reforma por decreto-ley para permitir que sea elegido
simplemente por mayoría, sin la necesidad de consenso político requerida por la
aprobación por los dos tercios del Congreso, vigente en la etapa anterior), ha
esperado unos meses para aprovechar el despiste de las vacaciones de verano: la
mejor radiotelevisión de nuestra historia se la han cargado. RIP.
(Foto: de izquierda a derecha, Toni Garrido,
Juan Ramón Lucas, Jordi Évole y Ana Pastor)
Toda la razón, todavía a estas alturas se echan de menos programas como Asuntos Propios.
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