John Williams escribió
Stoner en 1965, y entonces pasó prácticamente desapercibida. Su reedición a
comienzos del siglo XXI supuso el redescubrimiento de lo que muchos críticos
consideraron una obra maestra, obteniendo también elogios unánimes por parte de
los lectores. Animado por todo esto, me dispuse a leer esta historia.
¿El resultado? Pues
diré que es uno de esos libros que no terminan cuando lees su última página.
Uno de esos libros que te rondan por la cabeza mucho tiempo después de haberlo
terminado. Creo que eso define los buenos libros.
Sinopsis:
John Williams relata en este libro la vida de
William Stoner, hijo de campesinos pobres que deciden, por consejo de terceros,
enviarle a estudiar algo relacionado con la agricultura. Estando en la
Universidad descubre, como si fuera un flechazo, la Literatura y decide dedicar
sus estudios a ella. Se convierte en un buen profesor ilusionado con su
trabajo. La mayoría de su tiempo transcurre durante la primera parte del siglo
pasado, coincidiendo con las dos guerras mundiales y con la guerra de España.
“Se trata simplemente
de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un
maestro. Pero es una de las cosas más fascinantes que jamás he encontrado."
- Tom Hanks, Times
Reseña: La vida de un buen hombre
Recién terminado de
leerlo, me pregunto: ¿es realmente tan bueno como lo pintan? ¿Es realmente una
obra maestra, o al menos un libro de gran calidad, un libro que merezca
destacar por encima del resto? La verdad es que no lo sé. Mis sensaciones a lo
largo del libro han ido variando, y lo cierto es que, si bien lo he terminado
encantado, al principio me costó un poco conectar con el estilo del autor. Un
buen final siempre predispone a olvidar lo anterior, a quedarse con el buen
sabor de boca de esas últimas páginas y querer extenderlo al conjunto del
libro, y eso no sería justo. Pero somos humanos, y es difícil ser objetivo en
estas cosas.
En cualquier caso, cuanto
más lo pienso más me convenzo de que sí, creo que Stoner es un buen libro. Y lo
es tanto por su historia (sencilla, aparentemente muy sencilla, pero al mismo
tiempo muy profunda como reflexión sobre la vida de las personas corrientes)
como por su estilo; aunque es paradójico que destaque esto último cuando al
principio fue quizás lo que más me alejaba del libro.
La razón es que Stoner
está escrito como si te contaran un cuento. El narrador está ahí siempre
presente, no difuminado en la historia, sino en primer plano, destacando por
encima de todo. Alguien te está contando la vida de una persona, y lo sientes
así. En mi opinión, sería un libro ideal para que un buen orador te lo leyera
en voz alta, porque es así como está escrito. Y fue ese estilo narrativo
justamente lo que me impidió conectar durante un tiempo con el contenido: esta
técnica hacía que la historia me resultase algo lejana, algo fría. Aunque la
lectura resultaba amena, este estilo me impedía “meterme” totalmente en el alma
del libro. Puede que fuese algo totalmente personal y que a otros lectores no
les ocurra, pero a mí este estilo me distanciaba un poco del texto. Sin
embargo, pasado el primer tercio de páginas leídas, supongo que me acostumbré,
y dejó de ser un inconveniente.
En paralelo con esto,
lo cierto es que el estilo es en ocasiones hermoso, perfectamente descriptivo
de los sentimientos de una persona en un momento dado, aunque al mismo tiempo
desapasionado. El autor se centra en Stoner, el protagonista: sentimos a través
de él, le entendemos, mientras que del resto de personajes sólo vemos sus
actos. Vivimos la historia a través de Stoner, y llegamos a sentirnos
estrechamente ligados a él. Desde cómo vive las situaciones, hasta cómo se
queda unos minutos contemplando por la ventana el paisaje que se extiende hacia
el horizonte; llegamos a “entrar” dentro de Stoner. Creo que éste es el mayor
logro del autor.
¿Y la historia? Pues
simplemente, la vida, la biografía de un hombre sencillo, honesto…. y bueno. Llena
de sinsabores y pequeñas alegrías, un hombre de esos que intenta vivir su vida
sin molestar a nadie…. y probablemente por ello sufriendo mucho más que quien
pasa por la vida pisando a quien se le ponga por delante.
Stoner no triunfa en
ningún sentido. Vista desde el exterior, su vida podría considerarse un completo
fracaso. Pero, como él mismo reflexiona al final…. “¿qué esperabas?”. La última
parte del libro es, en el fondo, una reflexión sobre el sentido de la vida. La
verdad es que podría resultar triste, amargo, pero no transmite esta sensación,
porque el protagonista siempre acepta su vida como le viene. Es lo que hay. E
intenta vivirla de la mejor forma posible dentro de sus posibilidades, de sus
principios y de sus limitaciones, aunque estas últimas sean en su mayor parte autoimpuestas,
consecuencia de su personalidad. Firme en su ética y en sus convicciones,
aunque a menudo sería más fácil hacer como los demás…
Stoner podría ser
cualquiera. Alguien que pasa por la vida sin que nadie se dé cuenta. Una
persona corriente, hasta anodina… pero un ser humano. Con su vida, sus alegrías
y sus tristezas, sus anhelos y sus decepciones (de éstas, muchas). Un hombre
honesto, y un hombre bueno, al que nadie recordará. Y que, sin embargo, nos
enamora a todos cuando lo descubrimos en las páginas de un libro.
Nota personal: 8,5
(curioso, cuanto más
pienso en el libro, cuantas más vueltas le doy en mi cabeza una vez terminado,
más ganas me dan de subirle la “nota”. Es un libro para dejar reposar.)
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