Un par de citas muy distintas, sin nada en común. Sobre la primera, lamentablemente ese criterio no suele aplicar hoy en día:
Se cuenta que un visir, sorprendido de
oír a Omar exigir una suma de cinco mil dinares de oro, le había lanzado:
—¿Sabes que a mí no me pagan tanto?
—Es lógico —respondió Jayyám.
—¿Y por qué?
—Porque sabios como yo sólo hay un
puñado cada siglo, mientras que visires como tú se podrían nombrar quinientos
cada año.
Samarcanda – Amin Maalouf
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Jamás hay que decir viejo sino
anciano. Un niño de mi clase dice que su abuela es una vieja de mierda. Yo le
enseñé que en todo caso debe decir anciana de mierda.
Primavera con una esquina rota – Mario
Benedetti
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