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9 de diciembre de 2015

[Libros] Sputnik, mi amor – Haruki Murakami (1999)

Los que me seguís a menudo ya sabéis que mantengo una relación ambigua con Murakami: es un autor que en general me gusta, que me encanta cómo escribe, y que en general leo con agrado… pero que al mismo tiempo no puedo evitar ver como un poco falso, impostado, el hábil escritor que ha encontrado un estilo que vende y lo explota…
Bueno, sea como sea, hacía tiempo que no leía nada suyo (a Murakami conviene dosificarlo o te empacha, desde mi punto de vista) y hace poco decidí volver a él con esta novela corta. Abajo os cuento qué tal me ha ido en este reencuentro.

Sinopsis:
Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satélite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, está enamorado de Sumire, a quien conoció en la universidad. Pero Sumire tiene una única obsesión: ser novelista; además se considera la última rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convención moral. Un buen día, Sumire conoce a Myû en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmática, y se enamora apasionadamente de ella. Myû contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendrá un enigmático final.

Opinión personal: Un Murakami moderado… y algo menor
Os confieso que no me ha entusiasmado especialmente mi reencuentro con este autor. Quizás no era el momento, o quizás el libro sea inferior a los anteriores que he leído suyos, o quizás ya le conocía demasiado… o más probablemente haya habido un poco de todo.

Ésta es una novela de amor y soledad. Dos elementos prácticamente constantes en los relatos de este autor japonés, pero que aquí representan el núcleo del libro.

Tenemos al narrador, el hombre sin nombre, al que sólo conocemos por su inicial: K. ¿Por qué? Quién sabe, con Murakami uno acaba por no preguntarse por qué sus historias son como son: son así, y punto. En fin, este K. es el típico personaje masculino murakamiesco: un treintañero solitario, quizás algo introvertido, que se enamora de una muchacha en una relación que siempre termina siendo problemática por una u otra razón. En este caso, simplemente porque no es correspondido.

La muchacha es Sumire, una chica extraña, “rarita”, una chica que se siente en cierto modo ajena al resto de la sociedad, y que está obsesionada con ser escritora… aunque parece no tener las más mínimas aptitudes para ello. Alguien que, además, nunca ha experimentado el amor ni el deseo sexual, sentimientos que le resultan ajenos, extraños. No obstante, sí es capaz de sentir un gran afecto hacia K. cuando lo conoce, terminando por ser amigos casi inseparables.

Hasta que Myû entra en escena. Una mujer madura elegante y “de mundo” a la que Sumire conoce por casualidad en una boda y que le causa una extraña fascinación… que luego interpreta como enamoramiento. Sumire se enamora de Myû, y hasta descubre por primera vez el deseo sexual, aunque sea dirigido hacia esta mujer, que, al igual que le ocurre a ella con K., sólo puede sentir hacia Sumire un afecto casi maternal.

En realidad, éste es, creo yo, el núcleo del libro: los amores cruzados no correspondidos, y la soledad y frustración que provocan. De ahí, de hecho, procede el título, como nos deja claro el autor en dos o tres ocasiones a lo largo del texto: las vidas y sentimientos de nuestros tres protagonistas se cruzan como satélites en la órbita terrestre, acercándose hasta juntarse pero condenados a separarse de nuevo y no volver a encontrarse. Una curiosa metáfora tecnológica para las relaciones amorosas no correspondidas, ¿verdad?

En fin, dicho así el libro no parece tener mucho… y no lo tiene. Creo que por eso me ha decepcionado un poco. Lógicamente, este núcleo argumental se rellena con pequeñas historias y anécdotas, y con algunos elementos surrealistas típicos del autor; aunque con respecto a esto último debo decir que Murakami en esta obra está muy comedido, y la parte surrealista queda bastante limitada en el tiempo y en el espacio, limitándose a una extraña experiencia semionírica de Sumire, y a una extraña música oída en una determinada ocasión por K. Nada, en comparación con algunos de sus otros libros.

Aparte de estos pequeños elementos surrealistas, sí hay un importante acontecimiento que, sin llegar a serlo, se escapa de la normalidad: la extraña desaparición de Sumire. Tranquilos, no es un spoiler, es algo que aparece en casi todas las sinopsis, y supone en cierto modo el comienzo del libro, tras unos capítulos a modo de presentación de los personajes. Sumire desaparece como comida por la tierra mientras veranea en Grecia con Myû, quien se pone en contacto con K. para que le ayude a buscarla. Pero no esperéis una gran trama ni intriga, porque no las hay.

Eso es todo lo que puedo contar del libro, porque, en el fondo, no hay más. Al contrario que con otros de sus títulos, en éste no he conseguido sentirme del todo involucrado con los personajes, aunque eso puede haber sido algo personal, por haberlo cogido “en un mal momento”. Se mantiene, como siempre, la agradable prosa del autor, que hace atractiva la lectura de cualquiera de sus obras independientemente del argumento de fondo. Pero debo decir que el libro me ha resultado algo falto de esencia, y no lo he disfrutado como esperaba. Quizás, también, es que su estilo me resulta ya algo repetitivo, después de varias obras suyas leídas… puede ser…

Por lo demás, y a modo de curiosidad para los que hayáis leído mi entrada sobre Murakami y “sus neuras”, señalar que aquí se repiten de nuevo la mayor parte de ellas: la soledad, los personajes “raritos”, los gatos, la música, el amor y el sexo… casi todos los elementos típicamente murakamianos aparecen en mayor o menor medida también en “Sputnik, mi amor”. Sólo me han fallado esta vez los calvos y la muerte. Quién sabe, quizás en la próxima…

Nota final al margen: Cuando los redactores de las editoriales se ponen líricos, a menudo la cagan… En la sinopsis que acompaña al libro se menciona a la perra Laika, que ni aparece en la obra de Murakami, ni viajó a bordo del Sputnik. Bien, se puede decir que lo hizo a bordo del “Sputnik 2”… pero cuando se habla del Sputnik, uno se refiere al Sputnik, el primero, el “verdadero”, la pequeña bola de metal pulido que emitía su bip-bip y a la que sí hace referencia Murakami tanto por su nombre como por su forma. En fin… 

24 de noviembre de 2015

[Libros] La amiga estupenda – Elena Ferrante (2012)

No había oído hablar de este libro ni de su misteriosa escritora hasta que se me cruzó este artículo publicado en El País. Al parecer, esta italiana acababa de publicar el cuarto libro de una saga que estaba causando furor en todo el mundo, y que era alabada por escritores tan diferentes como Ken Follet o Juan Marsé. Fue este artículo, con su apasionada descripción de la tetralogía napolitana de la Ferrante, lo que me decidió desde el primer momento: tenía que leer este libro, ¡tenía una pinta estupenda!

Sinopsis:
Con “La amiga estupenda”, Elena Ferrante inaugura una trilogía* deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Lenú y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas. La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Lenú tiene a su alrededor un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin más la ley del más fuerte, pero “La amiga estupenda” es mucho más que un trabajo de realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que intrigan al lector y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones. Por primera vez, Ferrante aborda una narración muy amplia, poniendo en escena un verdadero tableau vivant donde no hay espacio para el tópico: todo es vida y todo respira al hilo de la mejor literatura.

*Lo que inicialmente era una trilogía, ha terminado siendo en realidad una tetralogía; cuatro volúmenes conforman la totalidad de esta historia.

Opinión personal:
Nápoles, años 50. La Italia profunda de la postguerra. Un escenario que nos resulta cercano, porque recuerda muchísimo a la España de la misma época. Países que habían pasado una guerra, con buena parte de su sociedad hundida en la pobreza, y con unos caracteres muy similares. Historias que evocan imágenes de ropa tendida, niños harapientos jugando en las calles sin asfaltar, llamadas a gritos desde la ventana, comidas familiares en la cocina alrededor de una olla en medio de la mesa…

Estas imágenes familiares son las que se pasean por nuestra mente al leer “La amiga estupenda”. Una novela que evoca el cine del neorrealismo italiano, la Italia de “El ladrón de bicicletas”… Aunque desde un punto de vista mucho más personal.

Porque “La amiga estupenda” está escrito en primera persona por Lenú, diminutivo de Elena Grecco, la coprotagonista con Lila de esta novela de infancia y juventud. Lenú repasa su vida a lo largo de más o menos una década, desde que jugaba con muñecas en la calle hasta la boda de su amiga, a los 16 años. Un repaso a su vida que da lugar a una historia coral, en la que participan multitud de personajes, amigos y vecinos de Lila y Lenú. Y cómo no, de sus familias. Porque ya sabemos que en Italia, como en España, y especialmente en aquella época, una persona estaba indisolublemente ligada a su familia.

Lila y Lenú son dos niñas con algunos rasgos comunes y, al mismo tiempo, con grandes diferencias, pero que pronto se convierten en amigas inseparables, pero, ante todo, muy “reales”; porque en esa gran amistad también hay sitio para rivalidades, envidias o peleas, como en la vida misma. Juntas viven la evolución de la niñez a la adolescencia, viven las carencias de una vida humilde (palabra que se queda corta para describir la realidad de aquella época) y los sueños de un futuro mejor. A su alrededor, amigos y enemigos, gente buena y mala, amistades y rivalidades, sueños y decepciones. Una vida que se desarrolla en el barrio, del que nunca se sale; ir hacia la ciudad, hacia el centro de Nápoles, es más que una excursión, casi como toda una aventura. Y la mayoría, aunque vivan en una ciudad costera, nunca han visto el mar…

“La amiga estupenda” es, al mismo tiempo, una novela costumbrista y una novela intimista, con una gran intensidad psicológica en la descripción y evolución de sus personajes. Personajes que son multitud, lo que en ocasiones puede provocar algo de confusión en el lector, que ya no recuerda si Alfonso es primo de Marcello, o el hijo de los Sarratore, o el novio de Marisa, la hija de Melina la loca… Afortunadamente, un índice de personajes al principio del libro puede ayudar a situarse si el lío de nombres termina por confundirnos.

¿Y qué me ha parecido la novela? No es fácil decirlo. Supongo que, para empezar, ese artículo de El País me había generado una expectativas enormes, y debo reconocer que la experiencia no me ha parecido para tanto. Pero sí me ha parecido una novela interesante, que merece la pena ser leída, y de hecho, sé que voy a continuar con el segundo volumen de la tetralogía (aunque en esta decisión influye mucho cómo termina el primer libro, dejándote colgado en plena intensidad dramática…). Es una novela lenta, tranquila, de esas en las que “no pasa nada”… porque, en realidad, lo que pasa es la vida. Pero bien escrita, y con unos personajes bien perfilados con los que es fácil empatizar. Una novela agradable y bien escrita, ¿qué más se puede pedir? Además es cortita… aunque eso tiene trampa, porque queda inconclusa, y mucho me temo que uno termine leyéndose los cuatro volúmenes a poco que le interese la historia. Así que más que novela cortita, me temo que en realidad es simplemente la primera parte de un novelón de más de mil páginas. ¿Qué nos deparará el resto…? Porque algo me dice que este primer volumen sólo ha sido una introducción...

La autora:
Es prácticamente imposible hablar de un libro de Elena Ferrante sin hacer referencia a su autora. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque ha conseguido rodearse de un hálito de misterio que, probablemente, favorece tanto su intimidad (el fin supuestamente buscado) como sus ventas.

Y es que Elena Ferrante no existe: es un pseudónimo de una autora (o incluso autor) desconocido, que no concede entrevistas, al que nadie conoce más allá de su editor, comprometido también en mantener este anonimato. Una autora de éxito internacional y bien reconocida por la crítica que ha publicado ya diez novelas de las cuales dos han sido llevadas al cine.

Evidentemente no sé quién es Elena Ferrante, pero cuando leía “La amiga estupenda” no podía evitar preguntarme cuánto de la propia autora habrá en esta historia. Supongo que ayuda a plantearse esto el hecho de que esté escrito en primera persona, o que haya tanta profundidad en los personajes, pero también hay detalles sospechosos: por ejemplo, que tanto a Lenú como a Lila les guste escribir, y sueñen con ganar dinero escribiendo novelas. O que Lenú sea diminutivo de Elena… el mismo pseudónimo usado por la autora para firmar sus obras… Quién sabe…

10 de noviembre de 2015

[Libros] La mujer del viajero en el tiempo – Audrey Niffenegger (2003)

Sinopsis:
Un hombre tiene la capacidad de viajar en el tiempo y revisita su historia de amor... Clare y Henry forman una pareja aparentemente normal, se quieren e intentan ser felices. Sin embargo, Henry padece una extraña enfermedad que le impulsa a viajar en el tiempo, que le permitió conocer a Clare cuando aún era un niña y que lo condena a enfrentarse a su incierto, y acaso trágico, futuro.
Una narración tremendamente original y entrañable sobre el paso del tiempo y la perdurabilidad del amor que sin duda fascinará desde la primera página.

Crítica: Una bonita y original historia de pareja
Para mí este libro es ante todo eso: una historia de pareja. Lo de los viajes en el tiempo aporta color y originalidad a esa relación, pero la relación es lo importante. No es necesariamente una historia de amor... es una historia de la vida de una pareja y su desarrollo con los años (aquí con un toque especial en esa parte), con sus amores, sus rutinas, sus hechos cotidianos... y lo excepcional de la "enfermedad" de él.

El libro está agradablemente escrito, y la historia le aporta originalidad. Creo que es mejor no dar muchos datos, pero, por ejemplo, el protagonista masculino conoce a su futura esposa cuando él es adulto y ella una adolescente, durante un viaje de él al pasado (unos años atrás). Acabarán enamorándose, cada uno procedente de diferentes épocas. Pero él tiene una “vida real”, en un tiempo “real”, siendo sus “escapadas en el tiempo” episodios esporádicos y breves. Esto hace que ellos dos puedan llegar a conocerse y convivir en la época “real”. Pero, curiosamente, en esa vida real ella lo conoce a él antes de que él pueda conocerla a ella: cuando la visita el personaje “del futuro”, el contemporáneo vive su propia vida, de joven, ajeno a ella. Cuando se conozcan en el tiempo “real”, para él será como conocer a una chica por primera vez, mientras que ella ya sabe quién es y sabe que está enamorada de él… y que él se enamorará de ella, aunque no sabe bien cómo conseguirlo…

Pero no vayáis a pensar, diciendo esto, que se trata de una novela romántica o una novela de amor. Sí, la relación de pareja, afectada por el trastorno de él (con todo lo que eso conlleva, en muchos sentidos), es el centro del relato; pero no es ni mucho menos lo que se podría calificar como novela romántica. Es una historia en el fondo bastante cotidiana, pero con toda la problemática que le aporta la “enfermedad” de él, la cual da mucho juego.

Con el paso del tiempo, y aderezado con multitud de anécdotas consecuencia de los viajes en el tiempo, ellos se enamorarán, se casarán, tendrán sus crisis de pareja… y también momentos trágicos.

La historia es amena, entretenida, divertida y entrañable. La verdad es que me ha sorprendido y me ha gustado mucho. No es ni una historia trepidante, ni un melodrama: es una historia bastante “realista” y cotidiana, dentro de lo que cabe dado el argumento, aliñado con la originalidad que le aporta esa extraña situación. Creo que puede gustar a casi todo el mundo. Desde luego, a mí me ha gustado mucho.

5 de agosto de 2015

[Libros] Alguien voló sobre el nido del cuco - Ken Kesey (1976)

Vi la película, protagonizada por un Jack Nicholson espléndido en su papel, hace muchos años, y me encantó. Y el otro día, mientras rebucaba mi próxima lectura entre diferentes títulos, y con la película ya casi olvidada en mi memoria, decidí darle una oportunidad al libro.

Sinopsis:
La acción de la novela se desarrolla dentro de un hospital psiquiátrico, en el Estado de Oregón, donde bajo la estricta dirección y supervisión de la enfermera jefe, los pacientes de la institución, clasificados por su «grado de locura», se someten pacientemente a la pétrea disciplina de las reglas establecidas dentro de un clima de aparente orden y tranquilidad. Hasta que un día llega un nuevo interno, Randle McMurphy, el protagonista principal de la historia, quien haciéndose pasar por demente consigue ser trasladado a esta institución desde una prisión de trabajos forzados. Su carácter jovial y dicharachero, y su fuerte personalidad que contrasta con la del resto de los internos, harán que poco a poco se convierta en el «líder» del grupo, desorganizando por completo la tranquila rutina a la que la enfermera jefe, conocida como La Gran Enfermera, los tenía sometidos. Desde ese momento se creará un ambiente de tensión entre los pacientes y el personal encargado de su cuidado, que nos acompañará a lo largo de toda la historia.
La novela está narrada por uno de los internos, el «Jefe» Bromden, un corpulento individuo de origen indio, que lleva años haciéndose pasar por sordomudo para evitar complicaciones, y con el que McMurphy llegará a tener una estrecha relación.

Opinión personal: Espléndida novela y ácida crítica de las instituciones de salud mental

Aunque al principio hubo fragmentos que se me antojaron algo pesados, debo decir que, al igual que la película, el libro me ha gustado mucho.

La verdad es que apenas recordaba el argumento, ni el final: sólo unas pocas imágenes de Jack Nicholson y las enfermeras deambulaban por mi memoria, pero no recordaba los detalles. Supongo que siempre es una ventaja: ha sido como leer el libro de primeras, pero con la cara de Jack Nicholson en el personaje de McMurphy.

Aunque tenga ya 40 años, la novela aún resulta original, quizás no tanto por su argumento como por su planteamiento. En cuanto al primero, no es la primera vez que encontramos un texto que nos describa las enfermedades mentales, y la dificultad en ocasiones para determinar quién está “loco” (por usar un vocablo sencillo y popular) y quién está cuerdo, no sólo porque los criterios para definir la anormalidad puedan resultar difusos, sino porque, como se dice en algún momento del libro, “todos tenemos problemas”. Todos hemos tenido alguna vez un momento de enajenación, de “locura”, o de depresión, o de cualquier otra manifestación “atípica”, alejada de lo comúnmente establecido como “cordura”. ¿Quién y cómo determina si se trata de un trastorno puntual o de una dolencia que requiere tratamiento e internamiento? A veces no es tan sencillo…

Probablemente lo mejor del libro es su planteamiento. Por un lado, está escrito en primera persona por un interno, por uno de estos enfermos. Y, en ocasiones, el texto nos presenta directamente sus neuras, sus alucinaciones. Reconozco que esos fragmentos algunas veces me resultaron algo tediosos, pero no cabe duda de que aportan profundidad al texto.

Pero lo realmente apasionante es cómo refleja la situación, las psicologías de unos y de otros. El jugador, vividor e inicialmente preocupado sólo por sí mismo, que acaba implicado en mejorar las condiciones de vida de sus compañeros, asombrado del trato que se les da, descubriendo que no están más enfermos que los millones de personas que hay fuera… Los enfermos, habituados al sometimiento, la humillación y el silencio, que poco a poco empiezan a verse a sí mismos como verdaderos seres humanos, gracias al aire fresco aportado por McMurphy… Y los cuidadores y la Gran Enfermera, símbolos del poder y el ansia de dominación, aunque sea sobre seres humanos indefensos, supuestos cuidadores que cultivan su ego ejerciendo su poder omnímodo sobre los enfermos a su cargo, aunque, eso sí, “siempre por su bien”…

La novela es magnífica, seria y divertida a la vez en ocasiones, pero siempre crítica, muy crítica, aunque procure no serlo de forma muy evidente. Crítica con una forma de tratar a los enfermos mentales que, afortunadamente, creo que ha cambiado mucho desde los años en que fue escrita la novela (de hecho, los famosos “manicomios” prácticamente han dejado de existir). Y es que los tratamientos que se experimentaban con estos enfermos parecen hoy más bien técnicas de tortura producto de las mentes más retorcidas: duchas frías, aislamiento, electroshocks… por no hablar de la mutilación directa producida por las lobotomías…

En fin, una buena novela, que no ha acusado para nada el paso del tiempo, y que creo que gustará a cualquiera que se anime con ella. No sé si la película hoy en día se mantendrá igual de “fresca”, hace muchos años ya que la vi… pero la verdad es que me han entrado ganas de buscarla por la red para darle un revisionado. Creo que, junto con el de “El Resplandor”, pudo haber sido uno de los mejores trabajos de Jack Nicholson…


17 de marzo de 2015

[Libro] El libro de los placeres prohibidos – Federico Andahazi (2013)

Sinopsis:
En el Monasterio de las Adoratrices de la Sagrada Canasta, un extravagante y lujurioso burdel a las orillas del Rhin, el habitual regocijo que reina entre sus muros ha dejado paso a un profundo silencio. Zelda, una de las más antiguas y requeridas de las místicas consagradas a las prácticas de “los placeres prohibidos” ha sido encontrada desollada viva y el terror se ha apoderado de todas sus compañeras. Éste será el primero de una serie de misteriosos e inquietantes asesinatos.
¿Cuál es la relación de Johannes Gutenberg con estos crímenes? Recluido en una lóbrega abadía a las afueras de Estrasburgo, Gutenberg experimenta con una máquina y una técnica para reproducir libros. En lugar de conseguir la gloria por su maravilloso invento, será perseguido y arrestado, acusado de ser el falsificador y estafador más audaz que recuerde el Sacro Imperio Romano Germánico. Un libro buscado por todos será la clave para resolver todos los asesinatos: El libro de los placeres prohibidos.
Una fabulosa novela histórica y de intriga que transporta al lector a las diferentes ciudades europeas del siglo XV, tras las huellas de uno de los personajes más complejos y emblemáticos de la Historia: Gutenberg.

Crítica: Una interesante novela histórica camuflada de falso erotismo e intriga
Andahazi es un tramposo. Pero mucho. Sabe lo que vende, y envuelve en ello sus escritos. La parte buena, es que el interior tiene calidad. Así que le perdonamos que quiera engañarnos con los colorines del envoltorio.

Descubrí al argentino Federico Andahazi hace algunos años a través de su primera novela (y gran éxito de ventas), “El anatomista”. Me agradó su estilo ameno, su habilidad para recrear épocas pasadas, y el interés de lo que nos contaba, aunque no fuese más que una parte “menor” de la Historia. Con la excusa de contarnos la vida del “descubridor” del clítoris y de su relación con el placer femenino, Andahazi hacía un interesante y ameno recorrido por la Europa del siglo XVI, sus prostíbulos, sus costumbres… En resumen, un libro que, sin ser ningún novelón, me resultó lo suficientemente interesante y ameno como para repetir con este autor.

Y eso fue lo que me animó a leer “El libro de los placeres prohibidos”, porque si la lectura de su sinopsis hubiera ido acompañada del nombre de un autor desconocido, probablemente nunca lo hubiera empezado, esperando encontrarme alguna basurilla más del tipo “best-seller histórico con intriga” que tanto prolifera en los últimos años. Pero en este caso, el apellido Andahazi hacía subir algunos puntillos a la mosqueante reseña comercial, así que decidí darle una oportunidad.

Y sí, Andahazi resultó ser un embaucador y tramposo de cuidado, pero en este caso para bien. Porque ha aprovechado esa tendencia “histórico-bestsellera con intriga de garrafón” del mercado literario para intentar vender a espuertas su nuevo libro, vistiéndolo de "thriller", y dándole algunos toques en su interior para que también lo parezca. Afortunadamente, junto a la mediocridad esperable de esa parte, hay una historia interesante y auténtica: la de Gutenberg y la invención de la imprenta. Y lo que empieza como un extraño relato de intriga histórico para enganchar al lector despistado, deriva pronto hacia una novela histórica “de verdad” en la que esa parte comercial va perdiendo cada vez más fuerza. Afortunadamente.

Y nos sorprendemos y hasta nos divertimos descubriendo que Gutenberg era “un listo” en todos los sentidos, alguien que buscaba lucrarse falsificando manuscritos, que estafaba aquí y allá para conseguir créditos con los que investigar de cara a fabricar su invento, con el objetivo último de hacerse rico. Un genio oscuro y, quizás por ello, más interesante. Especialmente cuando se trata de un personaje histórico del cual sabemos tan poco. Si además nos lo cuentan de forma amena, el resultado por fuerza tiene que resultar atractivo.

Pese a todo, a Andahazi le vemos el plumero a lo largo de todo el libro, pero lo hace con oficio, y se lo dejamos pasar; los artificios del escritor con ganas de vender no nos abandonan en ningún momento a lo largo del texto, aunque se lo perdonamos. Y lo hacemos porque la historia nos gusta, porque no sabíamos nada de la vida de Gutenberg y todos los tejemanejes que rodearon la creación de ese gran invento gracias al cual hoy podemos disfrutar leyendo, entre otros, a Andahazi: la imprenta. Y nos gusta cómo nos lo cuenta. Consigue, como hizo en “El anatomista”, que una pequeña historia se convierta en un interesante relato. Incluso aunque lo salpique aquí y allá con bombillitas de colores, y lo envuelva todo con papel de colores chillones, para intentar vendérnoslo con fanfarrias y trompetas desde los anaqueles de bestsellers de las librerías. Se lo perdonamos; un poquito. Porque el fondo nos ha gustado.

Y se lo perdonamos también, debemos reconocerlo, porque hasta esas bombillitas tienen su gracia. Porque ese envoltorio y espumillón despistante de la historia central tiene también su esencia de calidad, pues se nota que en él ha empleado los conocimientos históricos sobre el sexo de los que se empapó (supongo) cuando se documentó para “El anatomista”. Así que, hasta la parte más light y comercial tiene también cierto trasfondo de rigor e interés. En fin, lo que decía: que Andahazi es un tramposo y un listillo de cuidado, pero lo hace bien el jodío.

En resumen: como en el caso de “El anatomista”, no estamos ante ningún novelón, pero se lee bien, entretiene y encima aprendemos algo, en este caso sobre Gutenberg y su invento. Ya es mucho más de lo que nos ofrecen muchas otras novelas. 

27 de diciembre de 2014

[Libros] El señor Ibrahim y las flores del Corán – Eric Emmanuel Schmitt (2004)

Últimamente leo muchos libros sin saber por qué. Me explico: se trata de libros sobre los que leo alguna crítica positiva en algún sitio, que me da indicios de que el libro tiene buena pinta, que me podría gustar. Entonces, me lo apunto en la “cartera de pendientes”. Lo que pasa es que, generalmente, cuando rebusco “en la cartera” en busca de mi próxima lectura, en muchos casos ya ni me acuerdo de qué va el libro ni por qué está allí. Y a veces acierto, y a veces no. Y en otras ocasiones, ni fú ni fá. En esta ocasión ha sido más bien un caso de estos últimos.

Sinopsis:
Moisés es un niño judío que vive en Paris con su padre. El Serñor Ibrahim, un anciano árabe, regenta una tienda de ultramarinos en la misma Calle Azul en la que vive Moisés, y será allí donde éste empezará a comprender la vida adulta y dejará atrás su infancia. Con un padre permanentemente afligido por el abandono de su esposa, preocupado constantemente por su trabajo y por sus libros de leyes, Moisés acepta casi sin darse cuenta la amistad incondicional que le brinda el Señor Ibrahim. En su tienda hablarán sobre los sucesos cotidianos y sobre las cosas de la vida. Una amistad pausada, sin exigencias, forjada en el entendimiento mutuo y en un cariño que despierta sin ruido, sin avisar.
El Señor Ibrahim y las flores del Corán es un libro breve pero muy intenso, cuenta con apenas 60 páginas que su autor ha llenado de emociones y sentimientos. Sin duda, una joya que no debe pasar de largo.

Crítica: Un relatillo corto del tipo “tó er mundo é güeno”
Algunos libros, lo mejor que tienen es que son tan cortos, que por mucho que puedan defraudarte nunca tendrás la sensación de haber perdido el tiempo. Eso me ha pasado con este librillo que se lee en un par de horas, aunque me consta que mucha gente lo ha disfrutado.

Se trata de la típica historia del adolescente que encuentra a un “mentor”, un adulto bondadoso y sabio (ya se sabe, eso de que “más sabe el diablo por viejo…”) que le asesora y le guía. Vamos, como en Karate Kid (“dar cera, pulir cera”) o en decenas de otros libros y películas, el típico esquema que siempre funciona.

Y… ¡nada más! No hay más. Un pelín (pero pelín-pelín, porque la extensión no da para más) de filosofía vital barata, un pelín de sutiles apuntes anti extremismos religiosos (judío y musulmán como amigos íntimos), y alguna que otra anecdotilla y algún pequeño toque de humor. Y ya está, se acabó el libro. Supongo que con una sonrisa en los labios y cierta sensación de bienestar para algunos, y una sensación de “pues ya está, hala, a por otro” para otros, entre los que me incluyo. Porque todo esto ya lo tenía muy visto, aún antes de haberlo leído…

En resumen, se trata, desde mi punto de vista, de una lectura agradable y cortita, pero con poca esencia y con una base argumental mil veces vista, aunque sea bajo otras formas. A mí, la verdad, me ha dejado frío.

5 de octubre de 2014

[Libros] Sunset Park – Paul Auster (2010)

Sinopsis:
"Sunset Park" cuenta la historia de Miles Heller, un joven de veintiocho años, que hace ocho, rompió todos los vínculos que lo unían al mundo que había conocido hasta entonces. Abandonó la universidad, y dejó una breve nota de despedida para sus padres, se alejó de Nueva York y nadie volvió a saber nada de él. Su regreso es la vuelta al pasado y a sus secretos; a su padre, un magnífico editor; a su madre, una actriz despiadadamente cautivadora; y a su madrastra, una intelectual cuyo juicio no pudo aguantar. Pero es también el retorno al mundo, a la comunidad de Sunset Park y a sus camaradas okupas; a la vida, con todas sus penas y glorias

Crítica personal: La sencillez y complejidad de la vida actual
Segunda novela que leo de Paul Auster, tras la agradable “Brooklyn Follies”. De nuevo nos encontramos con un texto ambientado en la ciudad del autor, Nueva York, en el que de nuevo dicha ciudad aparece como marco en el que se mueven un puñado de personajes que son los que suponen la verdadera razón de ser del libro.

Me da miedo generalizar cuando estoy ante un escritor tan prolífico del cual sólo he leído dos obras, y más cuando, según leo por ahí, estos dos libros corresponden a una especie de “nueva etapa” en su producción, bastante diferente de su obra anterior. Pero en fin, basándome en lo que he leído, debo decir que Auster es un autor de personajes, más que de historias. Personajes bien construidos, cercanos al lector, complejos e interesantes, habitualmente con conflictos internos pero apegados al mundo real. Gente corriente, con la que podemos identificarnos fácilmente.

La historia, en el fondo es casi una excusa para presentarnos a estos personajes y su forma de enfrentarse al mundo que les (nos) ha tocado vivir. Porque Auster también es hábil en presentarnos la áspera realidad de la vida moderna, sin olvidar alguna que otra ácida crítica política y social.

Si todo esto lo combinamos con un buen manejo del teclado (antes se decía la pluma, pero eso es antediluviano…), con un estilo engañosamente sencillo y directo (digo engañosamente, porque no es fácil combinar al mismo tiempo sencillez y calidad al escribir, y Auster lo consigue), pues al final tenemos esto: un libro muy agradable de leer, con personajes que resultan cercanos y entrañables, y que te deja con un gran sabor de boca y ganas de seguir leyendo libros de este autor.

También por eso, si sois de los que necesitáis acción, tensión o misterio, y finales rotundos, mejor buscad otra cosa. Auster es el escritor de la vida real. Con toda su sencillez y complejidad combinadas. Pero eso es lo que hay. Desde luego, yo seguiré leyéndole.

2 de septiembre de 2014

[Libro] El dios de las pequeñas cosas – Arundhati Roy (1997)

Nada más empezar a leer este libro, su calidad literaria se nota, se paladea. Sin embargo, en los primeros días de su lectura me dio una impresión como de que no había elegido el momento adecuado: el libro estaba muy bien escrito, pero no terminaba de seducirme. Muy “peluche”, muy “bonito”, entrañable, pero quizás no lo más adecuado para las tardes veraniegas…
Qué equivocado estaba. Tuve que llegar casi hasta la mitad (tampoco es muy largo) para sentirme ya atrapado dentro de su lectura, pero a partir de ahí caí totalmente rendido a sus pies. ¡Qué maravilla de libro! ¡Qué forma de escribir la de esta mujer, y qué maravillosa pequeña-gran historia la que nos cuenta en estas páginas! Uno de los mejores libros que he leído en los últimos tiempos, sin ninguna duda. Y uno de los pocos que bien merece una relectura.

Sinopsis:
Ésta es la historia de tres generaciones de una familia de la región de Kerala, en el sur de la India, que se desperdiga por el mundo y se reencuentra en su tierra natal. Una historia que es muchas historias. La de la niña inglesa Sophie Mol que se ahogó en un río y cuya muerte accidental marcó para siempre las vidas de quienes se vieron implicados. La de dos gemelos Estha y Rahel que vivieron veintitrés años separados. La de Ammu, la madre de los gemelos, y sus furtivos amores adúlteros. La del hermano de Ammu, marxista educado en Oxford y divorciado de una mujer inglesa. La de los abuelos, que en su juventud cultivaron la entomología y las pasiones prohibidas. Ésta es la historia de una familia que vive en unos tiempos convulsos en los que todo puede cambiar en un día y en un país cuyas esencias parecen eternas. Esta apasionante saga familiar es un gozoso festín literario en el que se entremezclan el amor y la muerte, las pasiones que rompen tabúes y los deseos inalcanzables, la lucha por la justicia y el dolor causado por la pérdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente.

Crítica personal: Un peluche con una bomba de relojería escondida dentro
“Llovía el día en que Rahel regresó a Ayemenem. Hilos de plata inclinados se incrustaban en la blanda tierra y la levantaban como si fueran balas de fusil.”

Cuando uno se encuentra una frase como ésta ya en la primera página, ya sabe que no va a leer a un autor cualquiera. La calidad del texto se respira en cada párrafo, en cada frase de un texto que por momentos es casi pura poesía. Con esa difícil cualidad de resultar bello sin parecer forzado o empalagoso. Sin empachar, en sus dosis justas. Notamos rápidamente que estamos ante la obra de una gran escritora.

El texto nos introduce a una familia de clase media de la India rural, en el estado sudoccidental de Kerala, entre finales de los años 60 y principios de los 70. Se nos presenta la historia de la familia, del reverendo John Ipe, “el pequeño bendecido”, ya que de niño recibió la bendición del Patriarca de Antioquía; de “Pappachi” (“abuelo”), el Entomólogo Imperial, casado con “Mammachi” (“abuela”), la fundadora de la empresa familiar, “Encurtidos y Conservas Paraíso”; de la bajita cocinera “Kochu” (“pequeña”) María, adicta al “pressing catch” vía satélite; o de la hermana de Pappachi, “Bebé” Kochamma, la que se enamoró de un cura y se metió a monja para estar más cerca de él. También la de Ammu, la madre divorciada de Estha y Rahel, los gemelos heterocigóticos. O la de Chacko, el tío de los gemelos, que estudió en Oxford y se casó con una inglesa, al que le gusta presumir de usar traje y corbata. O la de la pequeña Sophie “Mol” (“niña”), la “Querida de Antemano”, con sus pantalones acampanados y su bolsito made-in-England. Y la del intocable Velutha, el inteligente carpintero que podría ser ingeniero si no hubiese nacido paravan… Todos ellos acompañados por el camarada K.N.M. Pîllai, líder comunista local, o el inspector Thomas Mathew, que da golpecitos con su bastón como quien escoge mangos…

Un relato que se desarrolla inmerso en un paisaje tan evocadoramente presentado por Arundhati Roy, que nos parece estar viviéndolo. El río que pasa junto a las casas, la tierra naranja, las mariposas, las hormigas, los niños jugando, “un alechuza”… Las descripciones no sólo son de una belleza literaria como pocas veces se encuentra, sino que además consiguen recrear perfectamente imágenes en la mente del lector. Imágenes de una India rural que en el fondo no difieren demasiado de lo que era la España rural de la misma época. Distinto color de piel, distintos vestidos… pero también con muchos puntos en común en cuanto al paisaje o la forma de vida. Casi como un “cuéntame cómo pasó” made-in-Kerala.

Sí, todo muy bonito, muy entrañable, muy agradable de leer, muy bien escrito… ¿una novela de tipo costumbrista, agradable y literariamente bella? Eso parece… aunque poco a poco el texto deja entrever que hay algo más. Algún secreto. Algún trauma. Algún drama familiar. A medida que leemos, vamos intuyendo que algo pasó, aunque no sabemos bien qué o cómo. A las pocas páginas del comienzo, se nos habla del entierro de la niña Sophie Mol, pero tiene que haber algo más, aunque no sabemos qué…

Y no lo sabemos porque ésta es una de esas novelas “tipo puzle”, como yo las llamo. De esas que saltan entre el pasado y el presente, o que nos van presentando escenas del pasado a trozos y sin orden cronológico. Al principio, unido al uso de algunas palabras en lengua malayalam (pappachi, mammachi, kochu, mon, mol, kochamma…) resulta confuso, pero poco a poco vamos atando hilos. Entre breves escenas del presente salpicadas aquí y allá, el relato del pasado avanza en espiral, dando vueltas a la historia, volviendo una y otra vez a determinadas escenas, aportando cada vez algo más de información de lo que pasó. Una técnica literaria en absoluto novedosa, pero que, a mi parecer, una vez más esta autora la borda.

Pero es que hay más, mucho más. A la pura técnica bien dominada, y al lenguaje poético y bien elegido, hay que sumarle algo que termina de poner la guinda a un estilo literario que, a mí al menos, me ha enamorado: el narrador de visión infantil. Un narrador clásico, del tipo omnisciente y en tercera persona (disculpadme los tecnicismos) pero que automáticamente adquiere alma de niño cuando relata todo lo relativo a la infancia de Estha y Rahel. La magia y la ingenuidad infantiles se apoderan entonces del relato de una forma que no me siento capaz de describir: hay que leerlo. A todo ello, sumémosle una fina ironía, una ácida aunque sutil crítica, continuos toques de humor y mucha, mucha inteligencia… Y tendremos eso, un texto que enamora. ¡¡¿Por qué esta mujer no ha escrito más libros….?!!

Vale –pensaréis–, muy bonito, muy bien escrito, muy mono... ¿Y eso es todo? Menudo coñazo”. Reconozco que al principio me pasaba igual: no llegaba a pensar lo de “menudo coñazo”, porque no lo es en ningún instante, pero los primeros días me pareció que no era el libro que andaba buscando para este momento, que era muy “mono” y muy bien escrito pero poco más… Sí, un libro-peluche. Lo que no sabía era que el peluche tenía una bomba de relojería en su interior.

El tic-tac empieza a oírse hacia la mitad del libro. En realidad, luego te das cuenta de que se oye desde el principio, pero en esos momentos estás demasiado despistado para distinguirlo del ruido de fondo. Hacia la mitad del texto ya estás metido en la historia, ya conoces a los personajes, ya te interesa lo que ocurra incluso aunque no ocurra “nada”… y entonces es cuando ocurre. O cuando vas descubriendo lo que ocurrió. Y el libro te agarra, te zarandea, te estruja, te da dos buenos tortazos y te tira al suelo como un guiñapo. La bomba estalla. Y el corazón se te encoje.

No esperéis un gran misterio, o una gran historia. O sí. Depende. Porque ésta es una pequeña-gran historia. Pequeña, pero con mucho fondo. Con mucha humanidad. Con mucha más mala leche de lo que aparenta. Porque Arundhati Roy puede ser dulce, pero también dura. Porque su posterior faceta de activista política, de luchadora por la igualdad de la mujer o defensora de los derechos humanos, está también en el texto. A través de una ácida crítica social envuelta en terciopelo.

Un libro maravilloso. Una gran obra literaria, tanto en el fondo como en la forma. Una delicia para paladear. Un libro que no se olvida. Aunque cueste un poco entrar en él. Pero el esfuerzo se ve recompensado con creces. Probablemente, uno de los mejores libros que he leído. Aunque sólo trate sobre pequeñas cosas.

18 de agosto de 2014

[Libros] El jilguero – Donna Tartt (2013)

Ya sabéis que no soy demasiado amigo de lanzarme a leer las últimas novedades editoriales, pero en este caso debo agradecer a la tremenda publicidad que ha rodeado a este libro el hecho de que me diera la oportunidad de conocerlo. Tras leer diferentes reseñas y entrevistas a la autora en la prensa, y animado por los positivos comentarios que veía por todas partes, decidí probar. Y debo decir que no me arrepiento. En absoluto.

Sinopsis:
Si aquella mañana no hubiera llovido, si Theodore y su madre hubieran llevado un buen paraguas, si, si, si… quizá no hubieran buscado refugio de una tormenta en el museo Metropolitan de Nueva York. Allí estaban, contemplando una exposición de maestros de la época dorada del arte holandés, cuando de pronto estalló una bomba y Theodore se encontró de repente solo y rodeado de un montón de escombros. Buscando la salida, el chico, que acaba de cumplir trece años, se topa con un visitante que estaba minutos antes contemplando la misma exposición acompañado de una chiquilla hermosa. El hombre muere delante de los ojos de Theodore, pero antes le entrega un anillo, pidiendo que lo devuelva a un tal Hobie, dueño de una tienda de antigüedades. Theo abandona el museo, llevando consigo el anillo y algo más...

Crítica personal: Un gran libro
Grande, sí. No hay más que verlo de canto, si tienes una edición en papel: la española alcanza casi las 1200 páginas. Como para pensárselo bien antes de meterse con él ¿verdad? Hay que tener en cuenta que su lectura equivale a 3 ó 4 libros normales (personalmente, por debajo de las 300 páginas me parecen más bien cortos, aunque esto siempre es subjetivo), así que conviene estar mentalmente concienciado de dónde te vas a meter antes de hacerlo…

Un gran libro también en el sentido metafórico de la palabra, pero, como suele ser habitual en estos casos, creo que no es un libro apto para todos los públicos. Pese a lo que insinúa la sinopsis y muchas de las reseñas que se ven por ahí, no se trata de un libro de intriga, o policiaco, o de acción… incluso aunque contenga también a ratos todos estos elementos, se trata de una novela pausada que carga las tintas en los personajes y en su vida interior. A ojo, podríamos decir que el libro es un 80% de drama y un 20% de thriller. Así que el que busque esto último, va a quedar muy decepcionado. Así, no hay que extrañarse de ver comentarios como que le sobran casi todas las páginas, que es demasiado pesado, que se tira más de medio libro sin que pase nada (falso; otra cosa es que para determinados lectores sólo pase algo cuando hay tiros…), etc, etc. Está claro, si a xxxx (introducir cualquier escritor de bestsellers de garrafón; había puesto uno, pero no quiero ofender) le dan el argumento de este libro, lo hubiera liquidado en 150 páginas. Pero yo me aparté de xxxx después de leer un solo libro. En cambio, con Donna Tartt repetiré seguro.

El jilguero es una historia de personajes, personajes profundos y complejos, algunos entrañables, otros más desagradables, y muchos, la mayoría (si no todos) con esa dualidad tan humana que te hace quererlos y odiarlos por igual. Personajes grises, ni blancos ni negros, ni buenos ni malos, pero profundamente humanos y creíbles. Los personajes, todos ellos, son lo mejor del libro.

¿De qué va El jilguero? La sinopsis nos desvela el principio: un atentado, una explosión, un niño superviviente y algo de misterio… El título, la portada y los múltiples artículos aparecidos en la prensa nos indican que también hay un cuadro famoso de por medio… Sí, todo es cierto. Pero en conjunto todo esto no supone más de una cuarta parte del libro, repartida casi íntegramente entre lo que podríamos llamar una larga introducción y un largo epílogo. El resto es, básicamente, la vida del protagonista, Theo, a lo largo de unos 20 años (con un gran salto temporal de por medio). Una vida intensa y complicada, que, junto con los personajes con los que se va cruzando (también controvertidos, complicados), es lo que verdaderamente da alma a esta historia.

A lo largo de sus muchas páginas, nos moveremos por multitud de ambientes y distintas personalidades: alta sociedad, delincuencia juvenil, drogas y alcohol, amor y amistad, juego y crimen organizado… Hay un poco de todo en esta novela, y a menudo, entremezclado, con fronteras difusas entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto. Como decía más arriba, casi todo es ambivalente, casi todo es gris, con su lado bueno y su lado malo… La vida es complicada. Las personas, también.

Sobre el estilo de la autora, indicar que es de lenguaje sencillo pero pausado, muy descriptivo, tremendamente descriptivo. Tanto, que comprendo que para algunos lectores pueda llegar a resultar exasperante, pero que por otra parte te permite meterte realmente en los personajes y en sus vivencias. Quizás en las últimas páginas del libro la autora se acerque un poco al exceso, con decenas de páginas que parecen dar vueltas una y otra vez alrededor de reflexiones “de filosofía vital barata” y de pensamientos inconexos; fueron páginas que reconozco que se me llegaron a hacer algo tediosas, pero que al mismo tiempo consiguen identificarte con la situación que vive el protagonista en esos momentos (no debo dar más pistas, o sería un spoiler). Creo que Donna Tartt hace un buen trabajo, escribe francamente bien aunque se mantenga haciendo equilibrios en la frontera entre el “estilo bestseller” y la “buena literatura”. Claro que, justamente esto, no será del agrado de todo el mundo.

En resumen, un buen libro, desde mi punto de vista, un relato complejo y escrito con inteligencia que se lee con fluidez y que se disfruta sobre todo por sus fantásticos personajes. Personajes que podrán gustar o no, pero que tienen alma, todos ellos: Theo, Pippa, Hobey, Boris, Andy… incluso Xandra, la señora Barbour, el padre de Theo y hasta los porteros de la casa de Theo… Un amplio ejemplo de diferentes personalidades, estatus social y formas de vida, y de las grandezas y las vilezas del ser humano, a menudo mezcladas dentro de una misma persona.

29 de mayo de 2014

[Libros] La bailarina y el inglés – Emilio Calderón (2009)

Sinopsis:
Ésta es la insólita aventura de un británico, nacido en la India, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
Masters es nombrado, sin ninguna experiencia, jefe de la policía de Jay Town. Sonámbulo, enamorado de la bailarina Lalita Kadori y dueño de Henry II, el arma con que se comete un crimen, asiste perplejo a un brusco cambio de su destino en el que sus relaciones sólo parecen jugar en contra. Se ve inmerso, así, en una conspiración que puede llevarlo a la cárcel sin que alcance a comprender lo ocurrido.
Colonizadores e independentistas protagonizan esta asombrosa novela repleta de intriga y traición.
La bailarina y el inglés se recorre con una sonrisa.
Finalista Premio Planeta 2009.

Crítica personal: Se deja leer
Lo primero que destacaría de este libro una vez leído es su título, que no parece irle demasiado bien. Me refiero a que el título parece sugerir que nos hallamos ante un melodrama romántico, y no es así en absoluto. Se trata en realidad de una novela “mixta”, mitad costumbrista, mitad policíaca; y, de hecho, la bailarina a la que hace referencia el título, aunque tenga una cierta importancia en la trama, es en realidad un personaje muy secundario en la historia.

Por otra parte, estas dos facetas del texto a las que he hecho referencia, la de novela costumbrista (e histórica a la vez) y la trama policíaca, están también muy diferenciadas tanto en cuanto a la estructura de la novela como en cuanto a calidad.

Referido a la estructura, casi podríamos dividir el libro por la mitad, ya que la trama policíaca está totalmente ausente en la primera parte del libro, arrancando una vez alcanzada la mitad del texto. Y en cuanto a calidad, también personalmente he notado una gran diferencia, ya que la parte costumbrista del libro me ha parecido bien lograda, mientras que la parte policíaca me ha parecido bastante pobre, en muchos sentidos.

Lo más destacable de este libro, para mí, es el buen retrato que realiza del final de la época colonial en la India y de la convivencia entre colonos (ingleses) y nativos. A nivel social se plasma de forma bastante interesante la forma de vida y las relaciones entre unos y otros, así como curiosidades del entorno (los tigres devoradores de hombres o los elefantes enloquecidos, por ejemplo) y de la sociedad india (especialmente destacable cuando se describe la forma de vida y costumbres de los marajás). También a nivel histórico, aunque sea en un segundo plano, está bien documentado tanto el nacimiento del movimiento independentista indio (Gandhi, el Partido del Congreso, la resistencia pacífica, la represión británica…) como la influencia de la Segunda Guerra Mundial (el avance japonés hacia territorio indio, el Ejército Nacional Hindú reclutado por las fuerzas del Eje, las actividades filonazis de algunos británicos, etc). Para mí lo más valorable del libro es justamente eso, que describe razonablemente bien la vida de un inglés en la India en aquel contexto.

Sin embargo, la parte de intriga o policíaca me ha parecido muy pobre. Especialmente en cuanto a su resolución: sin ningún tipo de pista de por medio, de repente el protagonista resuelve el misterio por inspiración divina, de repente se le ocurre una teoría de lo más enrevesada que lo explicaría todo, y resulta que acierta. Demasiado inverosímil.

Pese a todo, esta parte policíaca me ha parecido más bien secundaria. De hecho, creo que el libro habría quedado mucho mejor sin ella, si simplemente hubiera seguido desarrollando la historia de su primera parte. Si simplemente se hubiera desarrollado la historia romántica que parece indicar su título (y que brilla por su ausencia, ya que, si bien el protagonista se enamora de la bailarina, esto prácticamente se menciona en un par de frases y punto, es un tema que no se desarrolla en absoluto), el libro me habría parecido más redondo. Haber desarrollado un drama romántico sobre los problemas de una relación inter-racial en aquel contexto, aunque algo tópico y previsible, creo que hubiera sido más interesante que esa pobre historieta policíaca con barniz político. Pero bueno, supongo que es cuestión de gustos, y habrá quien prefiera este toque de intriga, aunque sea pobre y descafeinada.

En resumen: una novela un tanto irregular aunque agradable de leer. De esas que no te marcan la vida, pero que tampoco te hacen pensar que has perdido el tiempo. Una lectura más. Del montón, probablemente… pero es que en realidad esas suelen ser la mayoría.

Al menos he aprendido un par de cosas interesantes, como que los elefantes odian el color blanco y que a los marajás se la sujetaba un criado cuando tenían que mear. Supongo que sólo por eso (y alguna que otra cosilla más) ya he sacado algo de su lectura… ;-)

17 de mayo de 2014

[Libros] Estaciones de paso – Almudena Grandes (2005)

Los relatos no son lo mío: me pueden resultar más o menos entretenidos, más o menos curiosos, y puedo apreciar más o menos su estilo y calidad… pero no los disfruto como una novela, aunque sea corta. Leer un relato o dos de vez en cuando me puede llegar a agradar, cuando no tengo tiempo o ganas para ponerme con un libro completo… pero leer un libro de relatos llega a cansarme, y me parece casi incongruente; no es chicha ni limoná, resulta que al final pierdes la brevedad del relato (porque el libro de relatos suele tener la extensión de una novela media) sin ganar a cambio la profundidad de la novela convencional. Por estas razones, supongo, no me gustan demasiado este tipo de libros, así que eso es algo que debéis tener en cuenta cuando hable sobre ellos; aunque, por supuesto, hay muchos apasionados por este tipo de historias, así que todo es relativo…

Sinopsis:
Tal vez las verdaderas experiencias emocionales, las que nunca se olvidan, sean las que se producen en la adolescencia, ese territorio quebradizo en el que uno se asoma por primera vez a la vida adulta.
Estaciones de paso recoge cinco historias de adolescentes abocados a vivir circunstancias que les sobrepasan, pero que, sin sospecharlo, acabarán forjándoles como adultos. Son historias de determinación y coraje, de conflicto con el entorno familiar, pero también de amor, de educación sentimental y de formación de la conciencia. Como el muchacho de «Demostración de la existencia de Dios», que mediante el relato ingenuo de un partido de fútbol narra su tragedia. O la joven que en «Tabaco y negro» se siente heredera de un don y de un oficio legendarios. O Carlos, que evoca en «El capitán de la fila india» las vacaciones que vieron nacer su compromiso político. O Maite, que en «Receta de verano» cocina su confusión interior mientras cuida de un padre inválido. O Tomás, que en «Mozart, y Brahms, y Corelli» consigue seducir a una mujer tan bella que era pura música.
En Estaciones de paso, Almudena Grandes ofrece una galería inolvidable de jóvenes, aturdidos y desorientados, pero empeñados en salir adelante, magistralmente retratados aquí a partir de pretextos tan dispares como el fútbol, los toros, la política, la cocina o la música...

Crítica: Agradable
Se trata del segundo libro de relatos de Almudena Grandes, y aunque me ha parecido que está lejos del nivel que alcanza en sus novelas, desde luego debo reconocer que es muy superior al libro de relatos anterior, Modelos de mujer.

En esta nueva recopilación se nota que la autora ha ganado considerablemente en madurez en cuanto a estilo. Aunque las historias están lógicamente limitadas por su extensión, en ellas aflora el actual estilo de Almudena Grandes, que hace que se disfrute el texto casi independientemente de su fondo.

El libro contiene cinco historias y todas ellas resultan entretenidas; un par de ellas incluso casi podría decir que llegaron a gustarme bastante. En fin, como decía al principio, los relatos no son mi pasión, pero aún así creo poder decir que he disfrutado de la lectura de este libro, y me lo he leído en muy poquitos días. Buena señal: cuando un libro no termina de llegarme, siempre encuentro cosas mejores que hacer (como ver alguna película o serie) y a veces se alargan durante semanas…


En resumen, un libro agradable y bien escrito, con un toque algo entrañable en prácticamente todos los relatos. Si bien es sin duda una obra menor dentro de la producción de Almudena Grandes, se lee con gusto. Puede estar bien cuando no apetezca meterse con un libro completo, o cuando apetezcan leer historias cortas, quizás alternadas con lecturas de más enjundia.

6 de mayo de 2014

[Libros] Mr Gwyn – Alessandro Baricco (2011)

No conocía a Baricco, pero me decidí a descubrirlo a través de este libro después de leer una serie de críticas prácticamente unánimes alabándolo.

Sinopsis:
Jasper Gwyn es escritor, vive en Londres y, verosímilmente, es un hombre que ama la vida. De repente, tiene ganas de parar de escribir, aunque la suya no es la crisis que aflige a los escritores sin inspiración, él parece querer cambiar de perspectiva, llegar hasta el meollo de cierta magia. Le sirve de apoyo, de cómplice, una muchacha que va recogiendo lo que progresivamente va siendo el misterio de Mr Gwyn. Baricco entra en las simetrías secretas de este misterio con el paso seguro y resuelto de quien conoce y ama los senderos que recorre, y el resultado es una joya literaria.

Crítica personal: Entrañable
Escribo esta reseña una semana después de haberlo terminado, y debo decir que, si bien lo terminé muy satisfecho, el libro ha ido perdiendo algo en mi memoria con el paso de los días. Eso no es una señal demasiado buena: indica que el libro me ha marcado poco tirando a nada. Pero lo cierto es que disfruté leyéndolo.

La historia de Mr Gwyn es como un cuento. No sólo el argumento es poco verosímil, sino que también se introducen elementos surrealistas y unos personajes, y un clima general, como de cuento. A esto hay que sumarle el estilo literario de Baricco, con una prosa  muy sencilla pero muy cuidada, muy estudiada para crear un clima especial con su lectura. Se trata, como he leído en algún sitio (y me parece bastante acertado) de un estilo de escritura casi “naif”, pero que le va muy bien a la historia.

Mr Gwyn es un relato bastante corto cuyo propósito creo que es justamente resultar entrañable. El texto destila buen rollo, una especie de cariño fraternal cuasiuniversal, que al final se contagia. Y eso es lo que hace realmente agradable su lectura. Quieras o no, acabas atrapado en la prosa del autor y sumergido en el clima del libro. Un clima algo dulzón, podríamos decir, pero sin ser ñoño en absoluto. Hay que reconocer que Baricco lo hace bien, y consigue envolverte con su prosa en un ambiente especial, con algo de onírico y de poético, logrando crear un entorno muy agradable.

Poco más puede decirse del libro: solamente eso, que es una lectura breve y agradable, entrañable, que se lee “con cariño” y hace que se disfrute de su lectura. Y bien escrito. No es un libro que pueda decir que me haya apasionado o que me haya marcado de laguna forma, pero sí es un libro que he leído con gusto y me ha hecho pasar un rato agradable, que no es poco.

En cualquier caso, recomendable. Disfrutaréis con la lectura de este cuento diseñado para tocar la fibra, aunque con suavidad, sin dramas y sin estridencias. Un libro “bonito”.

11 de abril de 2014

[Libros] Modelos de mujer – Almudena Grandes (1996)

Supongo que sabéis que soy un enamorado de Almudena Grandes (bueno, o de su forma de escribir...). Pero este libro es una excepción. Para mí, probablemente el peor, junto con el primero, "Las edades de Lulú", y muy distintos ambos de todo el resto de su producción literaria.

Sinopsis:
Como insinúa el propio título, Modelos de mujer, estos siete relatos están todos protagonizados por mujeres que, en distintas edades y circunstancias, se enfrentan todas ellas, en algún momento, a hechos extraordinarios.
Todos, menos el que da título al libro, están de un modo u otro ligados a la infancia, a la capacidad de desear como motor de la voluntad, de los actos de voluntad que las protagonistas deberán asumir para impedir que la vida las avasalle.
En los tres primeros cuentos -«Los ojos rotos», «Malena, una vida hervida» y «Bárbara contra la muerte»-, los personajes femeninos vencen, cada uno a su manera, a la muerte: la pequeña Miguela, la mujer mongólica que se enamora de un fantasma; Malena, que se pasa la vida haciendo régimen por amor; y Bárbara, que acompaña a su abuelo a pescar.
En los cuatro últimos -«El vocabulario de los balcones», «Amor de madre», «Modelos de mujer» y «La buena hija»-, las protagonistas tuercen el destino a su favor recurriendo unas al poder de seducción y otras a la fuerza de la razón, y todas con la voluntad que les otorga el firme deseo de no tolerar que la vida se les escape de las manos.

Crítica: Una recopilación de cuentos normalita

Eso me ha parecido este libro: un conjunto de siete cuentos normalitos, nada del otro mundo.

Siete cuentecillos de los que realmente me han gustado dos (y tampoco como para tirar cohetes), y a los que no he encontrado nada especial como para recomendarlos. En fin, un librillo corto para pasar el rato pero que no me ha aportado nada, y en el que tampoco he encontrado el buen hacer de Almudena Grandes en cuanto a estilo (probablemente porque muchos de los cuentos son antiguos, de sus primeros años como escritora). Resumiendo, que no me parece un libro para recomendar, aunque no puedo decir que sea malo. Simplemente, del montón.

12 de febrero de 2014

[Libros] Stoner – John Williams (1965-2003)

John Williams escribió Stoner en 1965, y entonces pasó prácticamente desapercibida. Su reedición a comienzos del siglo XXI supuso el redescubrimiento de lo que muchos críticos consideraron una obra maestra, obteniendo también elogios unánimes por parte de los lectores. Animado por todo esto, me dispuse a leer esta historia.
¿El resultado? Pues diré que es uno de esos libros que no terminan cuando lees su última página. Uno de esos libros que te rondan por la cabeza mucho tiempo después de haberlo terminado. Creo que eso define los buenos libros.

Sinopsis:
John Williams relata en este libro la vida de William Stoner, hijo de campesinos pobres que deciden, por consejo de terceros, enviarle a estudiar algo relacionado con la agricultura. Estando en la Universidad descubre, como si fuera un flechazo, la Literatura y decide dedicar sus estudios a ella. Se convierte en un buen profesor ilusionado con su trabajo. La mayoría de su tiempo transcurre durante la primera parte del siglo pasado, coincidiendo con las dos guerras mundiales y con la guerra de España.
“Se trata simplemente de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un maestro. Pero es una de las cosas más fascinantes que jamás he encontrado." - Tom Hanks, Times

Reseña: La vida de un buen hombre
Recién terminado de leerlo, me pregunto: ¿es realmente tan bueno como lo pintan? ¿Es realmente una obra maestra, o al menos un libro de gran calidad, un libro que merezca destacar por encima del resto? La verdad es que no lo sé. Mis sensaciones a lo largo del libro han ido variando, y lo cierto es que, si bien lo he terminado encantado, al principio me costó un poco conectar con el estilo del autor. Un buen final siempre predispone a olvidar lo anterior, a quedarse con el buen sabor de boca de esas últimas páginas y querer extenderlo al conjunto del libro, y eso no sería justo. Pero somos humanos, y es difícil ser objetivo en estas cosas.

En cualquier caso, cuanto más lo pienso más me convenzo de que sí, creo que Stoner es un buen libro. Y lo es tanto por su historia (sencilla, aparentemente muy sencilla, pero al mismo tiempo muy profunda como reflexión sobre la vida de las personas corrientes) como por su estilo; aunque es paradójico que destaque esto último cuando al principio fue quizás lo que más me alejaba del libro.

La razón es que Stoner está escrito como si te contaran un cuento. El narrador está ahí siempre presente, no difuminado en la historia, sino en primer plano, destacando por encima de todo. Alguien te está contando la vida de una persona, y lo sientes así. En mi opinión, sería un libro ideal para que un buen orador te lo leyera en voz alta, porque es así como está escrito. Y fue ese estilo narrativo justamente lo que me impidió conectar durante un tiempo con el contenido: esta técnica hacía que la historia me resultase algo lejana, algo fría. Aunque la lectura resultaba amena, este estilo me impedía “meterme” totalmente en el alma del libro. Puede que fuese algo totalmente personal y que a otros lectores no les ocurra, pero a mí este estilo me distanciaba un poco del texto. Sin embargo, pasado el primer tercio de páginas leídas, supongo que me acostumbré, y dejó de ser un inconveniente.

En paralelo con esto, lo cierto es que el estilo es en ocasiones hermoso, perfectamente descriptivo de los sentimientos de una persona en un momento dado, aunque al mismo tiempo desapasionado. El autor se centra en Stoner, el protagonista: sentimos a través de él, le entendemos, mientras que del resto de personajes sólo vemos sus actos. Vivimos la historia a través de Stoner, y llegamos a sentirnos estrechamente ligados a él. Desde cómo vive las situaciones, hasta cómo se queda unos minutos contemplando por la ventana el paisaje que se extiende hacia el horizonte; llegamos a “entrar” dentro de Stoner. Creo que éste es el mayor logro del autor.

¿Y la historia? Pues simplemente, la vida, la biografía de un hombre sencillo, honesto…. y bueno. Llena de sinsabores y pequeñas alegrías, un hombre de esos que intenta vivir su vida sin molestar a nadie…. y probablemente por ello sufriendo mucho más que quien pasa por la vida pisando a quien se le ponga por delante.

Stoner no triunfa en ningún sentido. Vista desde el exterior, su vida podría considerarse un completo fracaso. Pero, como él mismo reflexiona al final…. “¿qué esperabas?”. La última parte del libro es, en el fondo, una reflexión sobre el sentido de la vida. La verdad es que podría resultar triste, amargo, pero no transmite esta sensación, porque el protagonista siempre acepta su vida como le viene. Es lo que hay. E intenta vivirla de la mejor forma posible dentro de sus posibilidades, de sus principios y de sus limitaciones, aunque estas últimas sean en su mayor parte autoimpuestas, consecuencia de su personalidad. Firme en su ética y en sus convicciones, aunque a menudo sería más fácil hacer como los demás…

Stoner podría ser cualquiera. Alguien que pasa por la vida sin que nadie se dé cuenta. Una persona corriente, hasta anodina… pero un ser humano. Con su vida, sus alegrías y sus tristezas, sus anhelos y sus decepciones (de éstas, muchas). Un hombre honesto, y un hombre bueno, al que nadie recordará. Y que, sin embargo, nos enamora a todos cuando lo descubrimos en las páginas de un libro.

Nota personal: 8,5



(curioso, cuanto más pienso en el libro, cuantas más vueltas le doy en mi cabeza una vez terminado, más ganas me dan de subirle la “nota”. Es un libro para dejar reposar.)

6 de febrero de 2014

[Libros] El fantasma de Harlot – Norman Mailer (1991)

Me acerqué a este libro por sus buenas críticas, y por descubrir a Mailer. Vale, ya lo he descubierto. A otra cosa.

Sinopsis:
El cadáver de Hugh Montague, antiguo oficial de la CIA, es descubierto flotando en un lago, con la cara destrozada. Harlot, tal era su nombre en clave, no trabajaba ya en la Agencia, pero aún continuaba investigando lo que él llamaba «los Grandes Santones». Su desaparición abre ahora un interrogante: ¿Se ha suicidado, ha sido asesinado o es sólo un montaje para poder desaparecer de la vida pública? Harry Hubbard, ahijado de Harlot, casado con su ex esposa, sabe que también su vida está en peligro. Decide huir. Durante un año, escondido en un hotelucho de Nueva York, escribe sus memorias.
En esta novela, Norman Mailer descubrirá no sólo una historia apasionante sino, también, la posibilidad de conocer el funcionamiento interno de la CIA; su formación, sus métodos, sus objetivos.

Opinión personal: Interesante, pero pesado
Acercarse a este libro ya impone: 1300 páginas en papel para alguien como yo, sin un interés especial por las novelas de espionaje, es como para pensárselo mucho antes de empezarlo.

Pese a todo, página a página, el libro ha caído, y supongo que haber llegado al final ya tiene su mérito. Por parte del libro, quiero decir: si no lo he abandonado a la mitad, supongo que ha sido por algo.

Y es que lo cierto es que mi opinión hacia este libro es algo ambivalente: me ha resultado largo y algo pesado, y sin embargo considero que es un libro interesante, y que hasta podría considerarse un buen libro (aunque esto depende mucho del punto de vista, claro; si buscas puro entretenimiento, te parecerá un tostón insufrible). No destaca por su estilo, su valor literario diría que es justito, pero en el fondo resulta interesante, a poco que uno tenga un espíritu curioso, sin necesidad de ser un amante de la historia geopolítica del siglo XX.

La razón de este interés es que, a pesar de tratarse de una obra de ficción, se trata en realidad de un recorrido novelado por la historia de la CIA durante la Guerra Fría, en las décadas de los 50 y 60. El autor se ha documentado profundamente para escribirlo, y se apoya continuamente en hechos reales, de modo que el texto nos permite ir conociendo muchos detalles curiosos tanto de la historia de nuestro siglo, como del funcionamiento de las grandes agencias de espionaje.

¿Dónde termina la realidad y comienza la ficción? No es fácil discernirlo, y aunque el propio autor desvela bastantes pistas al respecto en una nota final, como él mismo dice en realidad no importa: si los detalles concretos no ocurrieron exactamente así, lo cierto es que así es como podrían haber ocurrido. Lo importante es que “la filosofía” subyacente sea correcta. La verdad es que resulta creíble, y el autor confiesa que, tras todos sus años de documentación sobre el tema, cree haber llegado a comprender bien cómo funcionan estas organizaciones, y en base a ese supuesto conocimiento, ha escrito el texto. Nos hallamos, pues, ante una mezcla de hechos históricos, con un conjunto de personajes también históricos (reales) y unos cuantos personajes ficticios que “interactúan con la historia real” del modo en el que el autor considera que podría haber ocurrido.

El resultado es interesante, aunque pesado. Interesante porque uno descubre muchas cosas, algunas de ellas verdaderamente curiosas (incluso por lo absurdo, en ocasiones), pero pesado por el exceso de detalles, por el exceso de páginas, por el exceso de información superflua… y por la escasez de acción. Aunque esto último entiendo que es lo correcto: la verdadera actividad de inteligencia se muestra aquí como un 99% de rutina, papeleo y “cotilleos de viejas”, y sólo un 1% de acción.

En el libro, viajaremos con el protagonista al Berlín dividido y plagado de agentes rivales de los años 50. Un escenario donde la paranoia era la orden del día, donde uno no sabía si la persona con la que hablaba era un simple ciudadano corriente, un agente de la CIA, uno del KGB, o un agente doble; un contexto en el que nadie confía en nadie, donde incluso tu compañero de agencia puede estar en realidad a sueldo del enemigo. Y, lo más curioso, un contexto en el cual en realidad no pasa nada: donde se investigan chorradas, donde se derrochan medios y tiempo para “a lo loco” con la esperanza de obtener algo valioso, buscando una aguja en un pajar… En el fondo, uno descubre cómo se pierde gran parte del tiempo en verdaderas gilipolleces, y uno se pregunta para qué se invierten tantos millones de los contribuyentes para dar… prácticamente nada.

De ese Berlín paranoico nos trasladamos después a Uruguay, un país sin importancia, ajeno en apariencia a toda la primera fila de la política internacional, pero donde los agentes rusos y norteamericanos siguen moviéndose entre bambalinas dedicados a “sus cosas”. Aunque a veces sean tan absurdas como contratar a grupitos de revoltosos para hacer pintadas en las paredes o tirar bombas fétidas en las concentraciones promovidas por el contrario, para reventarlas. O a espiarse mutuamente aunque sólo sea para fastidiar al contrario, descubriendo sus amoríos y “chivándose” a sus mujeres…

De ahí seguimos a Florida, a los grupos de contrarrevolucionarios cubanos en Miami, y a todas las actividades de la CIA para intentar derrocar o asesinar a Castro. El desembarco de Bahía de Cochinos, y muchas otras acciones de sabotaje poco conocidas llevadas a cabo por la agencia norteamericana en territorio cubano, junto con los múltiples intentos (en ocasiones estrambóticos) de asesinar a Fidel Castro, van desfilando a través de unas páginas que, en esta parte, se me han hecho algo más espesas que el resto. A pesar de ello, hay notas de interés, especialmente viniendo de un autor norteamericano, por la autocrítica: se insinúa cómo fue en buena medida la propia actitud de los Estados Unidos la que echó a los cubanos en brazos de los rusos; o cómo una gran parte de los exiliados eran en realidad mafias y poderosos empresarios, con más interés en derrocar a Castro para recuperar sus intereses económicos, que por verdadero afán democrático, a la vez que se reconoce la gran mejora que experimentó el pueblo llano tras el derrocamiento de Batista. Por no hablar de la falsa publicidad de “balseros que huyen de Cuba” y que en realidad en muchos casos habían partido de la propia costa de Florida…

La rivalidad con el FBI de J. Edgar Hoover, el odio de los dirigentes de la agencia hacia el presidente Kennedy, el sabotaje de la CIA a los intentos pacificadores de la Casa Blanca, los amoríos del presidente y su seguimiento por el FBI, Sinatra y sus relaciones con la mafia, la crisis de los misiles y, finalmente el asesinato de Kennedy, van desfilando poco a poco por la segunda mitad del libro hasta llegar a su final. Casi todo ello contado de forma epistolar, a través de la correspondencia mantenida entre el protagonista y su amor platónico (casada con un alto cargo de la CIA). Es posible que esta técnica narrativa, con la que personalmente no termino de “conectar”, haya sido otra de las razones por las que el libro me ha resultado algo más pesado.

En resumen: un libro interesante para conocer los entresijos del funcionamiento de las agencias de inteligencia y de buena parte de los acontecimientos más notables de la época de la Guerra Fría. Pero por lo demás, un libro largo, muy largo, lento y escasamente ameno. No me arrepiento de haberlo leído, pero lo recomendaría con bastantes reservas. Interesante, pero pesado.

Nota personal: 6,5